La reciente visita de los Príncipes de Asturias a Perú ha dado mucho de qué hablar en los medios de comunicación mundiales. Por un lado, la indumentaria de Letizia ha sido motivo de diversos comentarios mientras que, sin duda, lo que más ha llamado la atención ha sido la sucesión de errores de protocolo que se produjeron cuando los Príncipes llegaron al Palacio del Gobierno peruano.

La Princesa de Asturias se mostró muy incómoda durante la recepción en el Palacio Presidencial de Perú cuando varios errores protocolarios hicieron que Doña Letizia quedara en el olvido y nadie acudiera a recibirla, mientras el Príncipe Felipe pasaba revista a la Guardia de Honor.

Al parecer, el director de protocolo se olvidó por completo de la presencia de Letizia Ortiz, que se quedó apartada y sin saber hacia dónde dirigirse. Intentando salir de aquella situación, intentó reubicarse y, después de solicitar ayuda, fue llevada hasta la puerta principal del Palacio atravesando la tribuna de prensa.

Alan García, presidente de Perú, intentó subsanar el error besando la mano de Doña Letizia y preocupándose por lo ocurrido, pero ya era demasiado tarde. La situación ha provocado un aluvión de críticas hacia los responsables de protocolo del gobierno peruano y algunos incluso han solicitado el cese del culpable.

"Se trata de un hecho realmente bochornoso que hace pasar un momento incómodo a una invitada innecesariamente", ha dicho un experto en protocolo del país.

Repetir vestido para ahorrar

La indumentaria de Letizia ha sido motivo de diversos comentarios en los medios de comunicación. La Princesa hizo uso de su fondo de armario y recurrió a dos de los vestidos que ya había utilizado en otras ocasiones.

Los Príncipes de Asturias han querido demostrar que afrontan la situación económica actual como cualquier ciudadano: reduciendo gastos. Doña Letizia Ortiz ha querido dar una lección de humildad a muchos y ha repetido parte de su vestuario por partida doble.

De esta forma, la Princesa le ha plantado cara a la crisis a través de su armario, luciendo primero un vestido que ya había llevado en dos ocasiones y, por la noche, un espectacular traje rojo pasión con el que previamente había deslumbrado en Europa antes del verano pasado.

Por el día, la futura Reina de España hizo gala de su fuerte personalidad y se enfundó su emblemático vestido entallado de color frambuesa con media manga, escote barco y repleto de pliegos que combinó, una vez más, con bolso y zapatos de un tono rosa claro. En 2009, la Princesa recibía a Sarkozy, con este mismo modelito, en el Palacio de la Zarzuela, protagonizando un auténtico duelo de glamour con Carla Bruni.