El Gobierno de Cantabria ha aprobado este jueves un manifiesto en el que señala que la violencia de género es el "máximo exponente de la desigualdad y uno de los mayores déficits actuales de la Democracia", y ha instado a la sociedad a transmitir los valores de "igualdad, respeto y tolerancia".

Para el Ejecutivo, el Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, que se celebra hoy, es una oportunidad "inmejorable" para trasladar a la sociedad cántabra que la violencia de género no puede ser entendida como un fenómeno criminal independiente de la cultura machista que lo sustenta.

A su juicio, una sociedad que no reconoce plenamente el derecho de "miles" de mujeres a sentirse ciudadanas, a desarrollarse en libertad y a vivir dignamente, y que "destruye" la esperanza de "miles" de niños que aprenden a vivir lejos de los afectos y sin la seguridad y protección que es obligado garantizarles, "no es una sociedad democrática plena".

"Trabajar para la erradicación de la violencia de género conlleva desmontar los patrones culturales que continúan permitiendo a los agresores no sentirse excluidos de nuestra sociedad", destaca el Gobierno, para quien sólo con un "claro" rechazo social y en una sociedad basada en la igualdad, será posible deslegitimar la violencia de género, que se presenta en ocasiones con la "mayor crudeza" y en otras "confundida y mezclada con la cotidianidad de una relación desigual".

El manifiesto, que ha leído la vicepresidenta regional, Dolores Gorostiaga, en la rueda de prensa en la que ha informado de los acuerdos del Gobierno, señala que únicamente cuando "hagamos realidad la frase de lo personal es político", y comprendamos que las relaciones humanas tienen que estar enmarcadas en el pleno respeto de los derechos humanos, nuestra democracia "podrá considerarse madura".

Tras manifestar su "firme rechazo" a la violencia de género y su solidaridad con las víctimas y sus hijos, el Gobierno expresa su deseo de alcanzar una sociedad igualitaria y reafirma su compromiso de continuar trabajando en el "fortalecimiento" de recursos que permitan a las víctimas "recuperar su proyecto de vida".

A la vez, muestra su esperanza en la educación en valores de "igualdad, respeto y tolerancia", que "deben ser transmitidos" desde "todos los agentes socializadores", y reitera su empeño por trasladar a los jóvenes de Cantabria que "es posible ser hombres y mujeres de otra manera", y "una vida de afecto y de respeto" libre de violencia.

Dirige por último una llamada de atención a las futuras generaciones, "en quienes depositamos nuestra confianza para que contribuyan a desterrar cualquier dependencia y sometimiento·, concluye el manifiesto.