La Región cuenta con 545 asociaciones que trabajan con jóvenes, de las cuales el 54,7% tienen menos de 5 años

Entre los problemas, la falta de un modelo uniforme de asociacionismo, baja participación y valores no proclives de los jóvenes
Los representantes del Consejo
Los representantes del Consejo
CONSEJO DE LA JUVENTUD DE LA REGIÓN DE MURCIA
Los representantes del Consejo

El Consejo de la Juventud de la Región de Murcia (CJRM) ha elaborado, durante 2009 y 2010, el 'Estudio sobre el asociacionismo juvenil de la Región', que ha revelado que Murcia cuenta con un total de con 545 asociaciones que trabajan con jóvenes, de las cuales el 54,7 por ciento tienen menos de cinco años, según han informado fuentes del citado consejo en un comunicado.

Así, el estudio nace "desde la necesidad de conocer cual es el estado en el que se encuentra el movimiento juvenil en la Región. Una herramienta útil, ya no sólo para este Consejo, como organización que promueve y representa a las y los jóvenes participativos, si no que también debe de ser útil y tenerlo presente la propia Administración Publica con el fin de adecuar mejor las políticas de juventud a las necesidades reales de la juventud", han subrayado.

En este sentido, el CJRM indica que se debe distinguir entre dos tipos de asociacionismo juvenil, uno que consta con una mayor estructura o que está más "institucionalizado", y otro más espontáneo y de base.

De este modo, el primero está más consolidado y organizado, pero el segundo tiene una mayor componente formativa para sus miembros ya que tienen que recorrer el camino desde cero. En la Región de Murcia hay 545 asociaciones que trabajan con jóvenes, de las cuales el 54,7 por ciento tienen menos de cinco años de antigüedad.

Problemas y recomendaciones

Las principales problemáticas y retos son la inexistencia de un modelo uniforme deasociacionismo y políticas públicas coherentes, baja participación y valores no proclives de los jóvenes, la actuación pública poco adaptada, los recursos inadecuados o desconocidos y complejidad en el acceso a los existentes, la gestión y comunicación interna deficitaria o el bajo nivel de cooperación y exceso de expectativas.

Por otra parte, el estudio marca como principales recomendaciones distinguir entre los tipos de asociaciones y apostar por el modelo de intervención, aceptar el asociacionismo juvenil tal y como es, adaptando las políticas públicas de juventud, conciliar la doble visión de técnicos y asociaciones, tendiendo hacia la simplificación de la iniciativa asociativa, promover la puesta a disposición de recursos e infraestructuras eficaces o poner en valor la formación a directivos de asociaciones.

Igualmente, incide en la necesidad de fomentar la cooperación espontánea, conseguir una mayor presencia de las mujeres jóvenes en puestos directivos, reorientar la actividad y servicios del CJRM, ya que las asociaciones de base pueden tener una vida muy corta, pero es su naturaleza y pueden ser fructíferas así.

Por otro lado, hay que destacar el papel de los emprendedores sociales, es decir, las personas con una especial motivación y carácter constructivo son las que mueven el tejido asociativo, arrastrando a la participación a su círculo social.

"Las administraciones deben tratar el asociacionismo juvenil adaptándose a su naturaleza en vez de tratar de forzar un modelo propio de otro tipos de movimientos asociativos, simplificando la burocracia, apoyando al asociacionismo más espontáneo que tiene menos estructura, aceptando formas de participación más informales, dotando de recursos útiles y adecuados", han recomendado.

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