El gasolinero dice que el acusado por el crimen de Sama fue el único que compró ese día combustible para llevar

Una amiga dice que Patricia era una persona "confiada", que quedaba con desconocidos, con los que contactaba a través de la radio

El empleado de la gasolinera de El Entrego, donde supuestamente el acusado por la muerte violenta en marzo de 2008 de la langreana Patricia Fernández compró gasolina el día del crimen, le ha reconocido "sin ningún tipo de dudas" como la única persona que esa tarde adquirió en su establecimiento combustible para llevar. No obstante, durante su declaración ha asegurado que Celso M.B. llevaba puesto un jersey de rayas, que no coincide con la indumentaria que la pareja de éste entregó a la Policía tras el suceso y con la que el acusado "entró y salió de casa".

El trabajador de la estación de servicio ha declarado este miércoles junto a otros testigos en la tercera sesión del juicio con jurado que se celebra desde el lunes en la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Oviedo.

Su testimonio contradice la declaración del único acusado quien en su relato de los hechos, este lunes, negó rotundamente haber pasado por el establecimiento en el que adquirió varios litros de combustible, argumentando que eran para un quad.

En la vista oral ha prestado declaración además una amiga de la víctima, que la ha descrito como una persona "confiada", que quedaba con chicos a los que no conocía y con quienes hablaba a través de la emisora Radio Medea. Ha asegurado que Patricia mantenía en esa época relaciones con el acusado, apodado como 'Chencho', y con un joven llamado Melchor, con quien mantuvo, en al menos una ocasión, relaciones sexuales en el piso de su entonces pareja, hermano a su vez del acusado. "ADIÓS, ADIÓS"

Por su parte, la madre de la víctima ha recordado que su hija solía regresar a casa tras la jornada laboral sobre las 21.30 o las 22.00 horas y nunca se retrasaba sin avisar. Entre sollozos, ha referido que la mañana en la que fue hallado el cadáver llamó al acusado, quien la tranquilizó y le ofreció ayuda alegando que tenía "muchos amigos policías". Minutos antes, el padre ha declarado que tras numerosas llamadas a su hija, en las que el móvil estaba apagado o fuera de cobertura, en un momento dado le respondió una voz masculina, que le dijo "adiós, adiós", para a continuación colgar.

El progenitor ha comentado además que, tras lo ocurrido, recorrió a bordo de su vehículo el trayecto que separa la gasolinera del vertedero en el que fue hallado el cadáver y, "con semáforos cerrados, no llegó a los quince minutos", poco menos de lo que defendió en la Sala un técnico de reconstrucción de accidentes propuesto como testigo por la defensa.

La propietaria de la peluquería en la que trabajaba la joven ha reconocido que Celso M.B. no le gustaba y que aconsejaba a la joven en ese sentido. Su marido ha relatado, por su parte, que la tarde de autos vio a Celso y a Patricia hablando sentados en sillas enfrentadas en el interior de la peluquería, de la que su mujer se ausentaba esa semana por cuestiones médicas.

Tras ellos, la propietaria y el único trabajador de la cafetería que frecuentaba Patricia han negado categóricamente que el acusado estuviera la tarde del 13 de marzo en el establecimiento preguntando por la joven.

El hermano del acusado ha explicado que el 17 de febrero había recibido dos mensajes de móvil de la víctima en los que ésta le escribió: "Tengo que hablar contigo, esto de Melchor va a acabar conmigo". Tras reconocer su interés en que Celso M.B "salga inocente", ha declarado bajo juramento que la propietaria de un kiosco de La Felguera le había contado que Melchor había comentado en su presencia que había que "matar y quemar" a las mujeres.

Último en comparecer, Melchor ha admitido haber mantenido relaciones íntimas con la joven "una sola vez". El joven ha asegurado que la tarde de los hechos se fue a dormir a las 20.00 horas porque madrugaba y ha negado haber realizado las declaraciones que se le atribuyeron en la sesión. Visiblemente nervioso, ha lamentado verse envuelto en el asunto que le ha acarreado, ha dicho, "represalias laborales".

Las acusaciones pública y particular piden para el acusado, en prisión provisional, penas de 15 y 25 años respectivamente, como autor material de la muerte violenta de Patricia Fernández Guzmán, cuyo cadáver fue hallado calcinado el 14 de marzo de 2008 por unos jóvenes de la zona en una escombrera apartada. El juicio se prolongará previsiblemente hasta el próximo lunes, día 22.

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