Aznar: "Nadie debe facilitar, por acción o por omisión, ninguna vía para que ETA y sus cómplices escapen a su derrota"

Advierte que la cuestión que se plantea hoy "no es si ETA está derrotada, sino impedir que escape a su derrota"
Aznar, durante la investidura
Aznar, durante la investidura
GOBIERNO REGIONAL
Aznar, durante la investidura

El presidente de la Fundación FAES, José María Aznar, ha afirmado este jueves en Murcia que sólo las leyes "harán efectiva" la derrota del terrorismo y ha recalcado que España no puede aceptar "soluciones de excepción" para ello. Es más, ha asegurado que "nadie debe facilitar, por acción o por omisión, ninguna vía para que ETA y sus cómplices políticos escapen a su derrota".

En su discurso con motivo de su investidura como doctor 'honoris causa' por la Universidad Católica de Murcia (UCAM), Aznar ha indicado que "no hay precio alguno que pagar a los terroristas" y, de hecho, ha subrayado que "son los terroristas y sus cómplices los que tienen una deuda que pagar a la nación".

Según el ex jefe del Ejecutivo, "no basta con renunciar ahora a la violencia sino que es preciso reconocer que nunca debió emplearse". "ETA y sus cómplices políticos son incompatibles con la democracia y no son aceptables ni sus medios ni sus fines", ha declarado, para después añadir que "no existe el derecho a crear partidos ilegales ni a votarlos".

Y es que, en su opinión, "es de justicia que los delincuentes paguen por sus crímenes", por lo que ha abogado porque se "rechace de plano la falsa idea de que aplicar las leyes obstaculiza la derrota del terrorismo y no aplicarlas la facilita".

Tras insistir en que ETA "está derrotada histórica y socialmente" gracias a la "limpieza de la ley y la democracia, con el Estado de derecho y la movilización de la sociedad española", Aznar ha pedido que la sociedad no se deje "enredar" por este juego "de unos supuestos terroristas buenos que quieren convencer a otros terroristas malos para que dejen el terrorismo del que todos ellos son responsables".

"Hay que impedir que este juego, ha destacado, sea el último fraude que el terrorismo intente con éxito", al tiempo que ha subrayado que la cuestión que se plantea hoy "no es si ETA está derrotada, sino impedir que ETA escape a su derrota".

En esta misma línea, Aznar ha alertado de la "fabricación nociva que sólo ha servido para legitimar a ETA" el hecho de que algunos círculos políticos y de opinión entiendan que el terrorismo que se ha sufrido "era una asignatura pendiente de una Transición mal resuelta, o el producto de un supuesto déficit democrático".

Una situación, ha alertado, que podría volver a darse "como excusa para explicar que algo habrá que pagarles y que hay que arrimar el hombro por la paz; en definitiva, intentar ahora hacer como si ETA no existiera, casi como si nunca hubiera existido, como excusa para no hacer efectiva su derrota".

Frente a esta opción, ha enfatizado que las leyes ya fijan "el camino a seguir de modo claro" y que precisamente, ha insistido, "conduce a la derrota efectiva del terrorismo"; no así "la reconciliación, el perdón y la concordia, que es lo que ETA ha puesto en su diana desde hace décadas".

"el mito de la imbatibilidad de eta cayó"

La pretensión de la banda, ha recordado, es que "aceptemos la legitimidad de sus fines a cambio de que ellos acepten dejar de emplear sus medios". Estos medios, precisamente, son los que hacen que ETA y sus "cómplices políticos" sean "incompatibles con la democracia".

Por tanto, el presidente de FAES ha rechazado tanto los medios de la banda como sus fines, que "ha matado para la opresión y la dictadura y jamás para la libertad", tras lo que ha vaticinado que si el totalitarismo "se aceptase como una opinión política legítima sería un éxito del terrorismo".

A renglón seguido, ha subrayado que "la disyuntiva entre legalización o violencia terrorista es falsa, porque la evidencia, de hecho, es la contraria"; momento en el que ha recordado que en las distintas instituciones y administraciones, como el Parlamento Vasco o las distintas diputaciones forales vascas, "hubo representantes de ETA mientras los pistoleros continuaban con su campaña de terror". "La presencia de esos terroristas en las instituciones no sirvió para evitar la muerte de nadie", ha reprobado.

Es por ello por lo que ha abogado por la "defensa íntegra de la democracia española hasta la erradicación completa del terrorismo", un reto que hay que plantearse debido a que "el mito de la imbatibilidad de ETA cayó hace ya tiempo, incluso para quienes se resistían a ello".

Es en este momento, por tanto, cuando "se debe asegurar que la derrota efectiva de ETA sea la culminación de nuestro pacto constitucional", evitando que su derrota se transforme en la ocasión para "reescribir o incluso borrar nuestra historia como democracia".

Una situación ante la que este país, ha dicho, "no puede aceptar soluciones de excepción para hacer efectiva la derrota de ETA en ningún caso". En el caso de que el Estado de derecho que se defiende "pueda quedar en suspenso o ser aplicado a conveniencia se estaría dañando extraordinariamente la democracia española y se expondría a sus instituciones a la sospecha", ha pronunciado.

No obstante, se ha referido al único riesgo que supone el final del terrorismo, y es que efectivamente "se pierda en la victoria, que pierda la nación de ciudadanos", por lo que ha hecho un llamamiento a la sociedad, porque "es responsabilidad de todos que la victoria contra el terrorismo sea la de la libertad y la justicia".

La transición y la constitución

En clave política, Aznar ha finalizado su discurso con palabras de recuerdo a la Transición, argumentando que "quien quiera paz que mire la obra de la nación española de 1978, quien quiera concordia y reconciliación que mire la Transición, quien busque generosidad para construir un futuro de democracia y libertad para todos que asuma la Constitución y quien busque perdón que tenga el valor de mirar a sus víctimas".

Expresiones que incluía al comienzo de su alocución, titulada 'Discurso sobre la nación española', aludiendo al "ejemplo reconocido dentro y fuera de nuestro país" que supuso la Transición, "un acto que no fundó una nación, sino que sanó a una nación" cuando en 1978 "se produjo un reencuentro nacional que nació del arrepentimiento colectivo por distintas situaciones históricas trágicas que España sufrió".

Sobre la Constitución, ha puntualizado que "no es un estigma que deje sentir su peso sobre los españoles de hoy, sino que se hizo para los españoles de hoy, y no estableció un régimen de sumisión a una voluntad política expresada en 1978, sino que nuestro Gobierno debía ser en cada momento el producto de nuestra propia voluntad".

Por ello, la nación, que ha definido como algo "dinámico y vivo", tiene identidad "pero no es una identitaria o nacionalista, es una nación plural y es incluyente", de forma que existe y es lo que confiere la "legitimidad" a la Constitución. Así, ha remarcado que preservar la Constitución "es preservar nuestra condición de ciudadanos libres en la ley e iguales ante ella".

Sobre esta idea, ha advertido que la nación española no dejará de existir "como realidad social por el hecho de que se pretenda actuar como si no existiera, tampoco porque sufra ataques que en ocasiones han sido brutales, porque puede llevarnos al abatimiento".

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