El rock es el terreno ideal para la proliferación de leyendas urbanas: Paul McCartney está muerto y el actual ex Beatle es en realidad un policía montado de Canadá; el Rolling Stone Keith Richards se cambió toda la sangre del cuerpo en una clínica suiza; Gene Simmons de Kiss se implantó una lengua de vaca para prolongar la suya propia... Una de esas leyendas afirma que, tras sus intensos conciertos, Bruce Springsteen necesita una bombona de oxígeno para recuperarse. Pero al contrario que las anteriores, ésta es absolutamente cierta. Y cualquier persona que haya presenciado alguna vez un concierto del Boss entiende el porqué.

Bruce Springsteen está de actualidad (aunque nunca ha dejado de estarlo). La culpa la tiene el lanzamiento de The Promise: The Darkness on the Edge of Town Story. Seis horas de película y otras dos de música repartidas en tres CD y otros tantos DVD que verá la luz en todo el mundo el próximo martes, y que relata cómo se gestó el álbum Darkness on the Edge of Town, junto a la E Street Band, en 1978. Lo nuevo del Boss incluye 21 canciones inéditas de una etapa clave en su prolífica carrera.

'Born in the USA'

Bruce Frederick Joseph Springsteen Zirilli cumplió el pasado mes de septiembre 61 años. Hijo de un conductor de autobús y una secretaria, sus primeros pasos en la música llegaron temprano: con tan sólo 13 años compró su primera guitarra por 18 dólares, y sólo un par de años después ya lideraba la banda The Castiles.

Latía en el joven Bruce una innata capacidad para el liderazgo. Su apodo, The Boss (el jefe), no fue fruto de su éxito. A finales de los sesenta, cuando estaba al frente de la banda Child, él era el responsable de repartir entre los miembros del grupo el escaso dinero que ganaban por cada actuación.

Los ejecutivos de Columbia no tardaron en fijarse en él. Y pese a que sus dos primeros discos, Greetings from Asbury Park, N.J. y The Wild, the Innocent and the E Street Shuffle cautivaron a la crítica, las ventas fueron pobres. Tendría que llegar 1975 para que Born to Run cambiara la vida de Springsteen -y de paso, la del rock and roll- para siempre.

El éxito pareció pillar a Bruce con el pie cambiado. Poseía un don, de eso no hay duda. Reputados críticos le habían señalado como una estrella en ciernes. Y sin embargo, el bombazo planetario de Born to Run no terminaba de encajar con la esencia de aquel joven procedente de la clase trabajadora de Nueva Jersey.

La confusión generada por la irrupción de la fama en su vida coincidió con un arduo litigio con el que había sido su representante, Mike Apple. Springsteen se refugió en su propia parcela: se embarcó en una gira planetaria y compuso unas 70 canciones. Sólo 10 de ellas formarían parte de The Darkness on the Edge of Town. La gran mayoría permanecieron en la sombra. Hasta hoy.

La intachable carrera de Bruce Springsteen -su discografía oficial está formada por 16 álbumes de estudio y cinco en directo- se ha movido siempre entre dos polos: de las historias sobre héroes anónimos a la política (su miltancia contra la energía nuclear o la guerra de Irak y su apoyo a varias candidaturas demócratas son de sobra conocidas); del rythm and blues al folk de raíces; de sus intermitentes etapas con sus viejos compañeros de viaje de la E Street Band a sus numerosos vuelos en solitario... Todo ello, bajo el denominador común de su manera única de enfocar la música, la poesía y la propia vida.

Siempre a contracorriente

Al mismo tiempo, la trayectoria del Boss está marcada por infinidad de pasos tan inesperados como sinceros. En 1982, tras arrasar con The River, sorprendió a propios y extraños con un álbum acústico, Nebraska, grabado en un cuatro pistas en la habitación de su casa. No ha dudado en ofrecer conciertos improvisados junto a músicos callejeros en plena vía pública. Alzó la voz por sus fans contra la política abusiva de una conocida página web dedicada a la venta de entradas. Incluso más de un asistente a alguno de sus conciertos se lo ha encontrado en la barra del bar poco antes de empezar el espectáculo.

Todo ello le ha granjeado un apoyo incondicional de sus millones de seguidores. Él, por encima de todo, les corresponde en el escenario, donde se deja la piel con extensos y apasionados recitales. Aunque al bajarse necesite una bombona de oxígeno.

Pasión desatada en Roma

La capital italiana fue el escenario, el pasado 1 de noviembre, del preestreno del documental de 90 minutos que incluye el nuevo disco de Bruce Springsteen. El propio Boss no se quiso perder la ocasión y se plantó en Roma, donde le esperaba una extensa legión de fans armados con pancartas, discos y cámaras de fotos. Ataviado con una chaqueta de cuero negra, sus habituales vaqueros y unas gafas de sol para protegerse de los flashes, Springsteen dedicó un largo rato a sus seguidores.

Una peli

'Alta fidelidad': Stephen Frears llevó en 2000 al cine la novela de Nick Hornby sobre un grupo de treintañeros obsesionados con la música. Protagonizado por John Cusack, el filme contó con un cameo de Bruce Springsteen que llegó a ser votado en los Premios MTV Movie como el mejor realizado jamás en una película. Filmax. 9 euros.

Un disco

'The Promise': Todos aquellos que no estén dispuestos a gastarse el dinero que cuesta la edición de lujo de lo nuevo de Springsteen pueden adquirir The Promise, un doble CD (también se lanza en cuatro LP) que incluye las 21 canciones inéditas de las sesiones de Darkness on the edge of town. Columbia Records. 19,95 euros.

Un libro

'On Tour 1968-2005': El reputado crítico musical Dave Marsh, autor de dos de las biografías más célebres de Bruce Springsteen y amigo personal del Boss, publicó en 2005 esta otra visión sobre el mito centrada en su hábitat natural: las giras, partiendo desde 1968 hasta 2005. RBA Editores. 19 euros.