El Ayuntamiento restaura el puente del Mal Pas con una inversión de 550.000 euros, tras dos años cortado al tráfico

El Ayuntamiento de Palma ha restaurado el puente del Mal Pas, ubicado en la calle Robert Graves del barrio de El Terreno, mediante una inversión de 550.000 euros procedente de los fondos del Plan E, y ha restablecido la conexión entre este distrito con la Bonanova, tras permanecer cortada al tráfico de vehículos durante dos años debido a los daños que provocó la ruptura de una canalización de agua.
Robert Graves Puente
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Robert Graves Puente

El Ayuntamiento de Palma ha restaurado el puente del Mal Pas, ubicado en la calle Robert Graves del barrio de El Terreno, mediante una inversión de 550.000 euros procedente de los fondos del Plan E, y ha restablecido la conexión entre este distrito con la Bonanova, tras permanecer cortada al tráfico de vehículos durante dos años debido a los daños que provocó la ruptura de una canalización de agua.

En un visita a las inmediaciones del puente, la alcaldesa de Palma, Aina Calvo, ha apuntado que la decisión de restaurarlo partió de las reivindicaciones para su protección y conservación por parte de la Asociación para la Revitalización de los Centros Antiguos (ARCA) y de los vecinos de la zona así como del Grupo Municipal Popular.

Después de que en el mes de abril se iniciaran las obras de recuperación, en julio, la Dirección Insular de Patrimonio del Consell catalogó la infraestructura como un elemento que se debía proteger, ha aseverado Calvo.

Así pues, el Ayuntamiento modificó el proyecto inicial de recuperación del puente para adecuarlo a los nuevos términos marcados por el Consell, tras ser catalogado como patrimonio de la isla y, al mismo tiempo, garantizar un uso seguro del mismo.

En este sentido, los técnicos municipales y los de la institución insular se encontraron con una serie de incidencias que tuvieron que solventar con el fin de adecuar el puente a los usos actuales.

Por una parte, era una infraestructura que se había construido a principios del siglo XX, para conectar los barrios de la Bonanova con El Terreno, y que no preveía el paso de vehículos pesados.

Y por otra, su estado actual de deterioro por el uso y la acción del agua, y los mismos materiales con lo que estaba construido, hacía difícil que se abriese el paso al tránsito rodado de más de 5 toneladas.

A todo esto, se sumaba, además, la necesidad de que las dos barriadas, la Bonanova y El Terreno, pudieran contar con algún acceso a vehículos pesados porque tienen un problema importante de entradas para transporte de 3,5 y 5 toneladas.

Por todo ello, el Ayuntamiento propuso que se limitara el paso de vehículos por el puente pero que, en casos excepcionales -construcciones, emergencias o mudanzas-, se permitiera el tránsito ilimitado.

Para adecuar la infraestructura a la situación actual, esto es, que se recuperase su valor patrimonial y se garantizase un acceso seguro para los viandantes, el tránsito rodado y cualquier tipo de emergencia, los técnicos municipales e insulares plantearon una solución novedosa para el desarrollo de la cual contaron con la colaboración de los ingenieros de la Universidad de Alicante.

Entre todos ellos, determinaron que se reforzarían los pilares del puente para evitar la afección provocada por la erosión del lecho del torrente y se construirían unos apoyos especiales en los arcos. Además, se han repuesto los servicios de agua potable, saneamiento, drenaje y gas, así como la mejora de la accesibilidad y la supresión de barreras arquitectónicas.

Por parte ARCA, su vicepresidente, Josep Massot, se ha mostrado satisfecho porque el Ayuntamiento haya tenido en consideración su reivindicación de conservar el puente ya que fue "una de las primeras obras de ingeniería" que se hicieron a principios de siglo.

También, Massot ha destacado que el consistorio ha meditado su decisión, al considerar que recuperar la infraestructura ha sido más "sencillo" que demolerlo y volver a construir uno nuevo, y, de esta forma, tampoco se ha borrado la historia de la barriada.

Desde la Asociación de Vecinos de la zona, su vicepresidente, Melchor Llabrés, ha remarcado que la restauración del puente era "necesaria" ya que es una vía de comunicación "asentada" y ha agradecido al consistorio que hayan llevado a cabo su recuperación de acuerdo con sus peticiones.

Al margen de este tema, Llabrés ha manifestado que se empieza a "ver la luz a final del túnel", después de que el Ayuntamiento anunciara que había puesto en marcha el proceso de expropiación del hostal Sayonara para su posterior demolición y construcción de una zona verde.

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