Un estudio del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha certificado el nacimiento de entre 53.000 y 75.000 juveniles de atún después de la pesca de ejemplares que fueron recluidos en jaulas en alta mar, en la zona de reproducción habitual de las Baleares.

Esta es una de las conclusiones de un proyecto científico del CSIC que sugiere la posibilidad de desplazar al mes de junio el periodo hábil para practicar la pesca de cerco del atún rojo —actualmente va del 16 de mayo al 14 de junio—, para mejorar así la viabilidad de las puestas de huevo de las hembras.

La investigación, llevada a cabo por la científica del Centro de Estudios Avanzados de Blanes (Girona), Ana Gordoa, consolida los resultados de otros estudios del CSIC de 2008 y 2009, según los cuales queda demostrado que los atunes continúan desovando dentro de las jaulas de transporte tras su captura mediante el cerco, así como que las larvas resultantes de estas puestas son "totalmente viables".

Además, "la fase de reproducción del atún nunca comenzó antes del 27 de mayo", por lo que el estudio le ha valido al Grupo Balfegó para solicitar a la Comisión Internacional para la Conservación del Atún del Atlántico (ICCAT por sus siglas en inglés) que revise el periodo de pesca y se traslade al mes de junio.

Dicha propuesta "incrementaría la sostenibilidad de la especie", por lo que la compañía pesquera confía en recabar el apoyo del Gobierno y los pescadores a esta petición, según el director general de Balfegó, Juan Serrano.

Cabe recordar que diversas organizaciones conservacionistas, entre ellas WWF y Greenpeace, han denunciado en repetidas ocasiones la difícil situación en la que se encuentra el atún rojo en Baleares, una de las principales áreas de reproducción de la especie en el Mediterráneo.

Según los ecologistas, la especie se encuentra al borde del colapso debido a la pesca sobreexplotada en la zona y apuntan a la necesidad de que los gobiernos tomen medidas con urgencia para proteger la supervivencia del atún rojo.