El sector hortofrutícola bajo plástico genera en las provincias de Almería y Granada un total de 110.000 empleos, de los cuales el 36 por ciento (más de 27.500) están ocupados por inmigrantes, fundamentalmente de Marruecos, Rumanía y Ecuador, según la primera 'Radiografía del empleo en la horticultura andaluza e invernadero' elaborada por la Organización Interprofesional de Frutas y Hortalizas de Andalucía (Hortyfruta).

El estudio, presentado este jueves en el marco de la feria Fruit Attraction de Madrid, revela que de los 110.000 empleos, más de 76.000 están en las explotaciones agrarias; otros 28.000 en las comercializadoras y más de 5.500 en la industria auxiliar, como semilleros, fabricantes de plásticos, embalajes o maquinaria agrícola. En el mismo no se han contabilizado los puestos de trabajo en el sector del transporte.

Según ha explicado el presidente de Hortyfruta, Fulgencio Torres, la crisis económica ha causado que el sector en torno a los cultivos bajo plástico siga "tirando del carro" de la economía en estas provincias. Éste se ha convertido, además, en "generador de empleo estable", ha mantenido.

De las más de 76.000 personas que trabajan en los invernaderos, un 68 por ciento corresponden a empleos fijos; mientras que el resto son eventuales. El salario medio que recibe un peón agrícola es de 5,55 euros por hora; mientras que los salarios por manipulado y envasado ascienden a 6,15 euros pro hora de media.

La edad media del trabajador de la industria en invernaderos está entre 26 y 45 años y de los que trabajan en el campo un 60 por ciento son hombres y el 40 por ciento restante, mujeres. En el proceso de manipulación y envasado la presencia de la mujer aumenta hasta ser casi del 100 por cien.

Torres ha destacado que en los últimos años el papel de la mujer está siendo "mucho más activo y relevante" hasta el punto de que "una de cada tres es propietaria" de la explotación. El perfil más habitual es el de una mujer de unos 45 años, casada y con estudios básicos.

El papel de los inmigrantes

Por otra parte, ha destacado que la mano de obra inmigrante ha tenido en los últimos años un papel "fundamental" en la agricultura bajo plástico, debido a la carencia de mano de obra nacional, más tendente a buscar trabajo en otros sectores.

Entre los inmigrantes, el 70 por ciento de los trabajadores son hombres y el 30 por ciento restante, mujeres. Su media de edad es de 31 años y, fundamentalmente, proceden de Marruecos (38 por ciento), Rumanía (22 por ciento) y Ecuador (8 por ciento), lo que responde a factores de proximidad, pertenencia a la UE y facilidad con el lenguaje, respectivamente.

El responsable de la Interprofesional andaluza ha destacado que el incremento de la tasa de desempleo en las dos provincias ha ocasionado que el número de los nuevos contratos en origen haya quedado reducido "prácticamente a cero". Torres ha mantenido que se concede prioridad a los desempleados que están inscritos en el Servicio Andaluz de Empleo.

Así, ha explicado que la actual demanda de puestos de trabajo se cubre con españoles y, con respecto a la mano de obra ilegal, ha mantenido que este tipo de prácticas perjudica a todo el sector. En este sentido, ha añadido que las cadenas de distribución son especialmente escrupulosas con sus exigencias en las condiciones laborales de los trabajadores de las empresas proveedoras y realizan controles en esta línea. 2.500

Millones de facturación

Para Hortyfruta la agricultura bajo plástico andaluza ocupa una posición de liderazgo "incuestionable" en Europa, con 43.000 hectáreas de superficie que se dedica al cultivo de los principales productos y más de 2.500 millones de euros de facturación en la pasada campaña.

Se producen 2,5 millones de toneladas de productos que abastecen a más del 60 por ciento del consumo nacional y a más del 30 por ciento de los mercados europeos, alcanzando cotas superiores al 80 por ciento durante los meses de invierno.

Por último, el responsable de Hortyfruta, que ha estado acompañado por su director de Marketing, Diego Calderón, ha previsto un cierto estancamiento de la producción agrícola en las dos provincias para próximas campañas, motivado en parte por los escasos márgenes comerciales de los productores.

Al respecto, ha reclamado a la Administración líneas de créditos blandos para los agricultores y ha abogado por seguir introduciendo I+D en la agricultura de invernadero para que la horticultura "se mantenga como un sector estratégico y motor de estas zonas".