Una exposición reúne en Murcia 61 obras que reflejan la inspiración de Ramón Gaya en sus grandes maestros

La muestra incluye una decena de pinturas de Gaya que nunca antes habían sido expuestas en Murcia
Una de las obras expuestas
Una de las obras expuestas
FUNDACIÓN CAJAMURCIA
Una de las obras expuestas

El Centro Cultural Las Claras Cajamurcia acoge desde este jueves, 21 de octubre, hasta el próximo 9 de enero de 2011, una exposición con 61 obras que pretenden mostrar la forma en la que el pintor murciano Ramón Gaya vio a sus grandes maestros e inspiradores, sus referentes, cómo "bebió de ellas y cómo quiso que todos pudiéramos contemplarlas".

Así lo hizo saber el catedrático de Historia del Arte de la Universidad de Murcia, Cristóbal Belda, quien es comisario de esta exposición titulada 'Deja en mis ojos su mirada. Homenajes en la pintura de Ramón Gaya', que presentó acompañado del director del Museo Ramón Gaya, Manuel Fernández-Delgado, y el gerente de la Fundación Cajamurcia, Pascual Martínez Ortíz.

La exposición, puesta en marcha por la Fundación Cajamurcia y el Ayuntamiento de Murcia en el marco de la programación que conmemora el centenario del nacimiento de Ramón Gaya, reúne un total de 61 obras, entre ellas entre ocho y diez del propio Ramón Gaya que nunca habían sido expuestas en Murcia, así como otras 11 obras de otros artistas como Diego Velázquez, Joaquín Soroya o Isidro Nonell, entre otros que inspiraron al pintor murciano.

Las obras proceden del Museo Ramón Gaya, de colecciones privadas, del Museo del Prado, del Museo Montserrat, del Museo Salzillo, del Museo Teatro Romano de Cartagena y de la Fundación Mapfre, así como el Museo Diocesano de Orihuela, que ha cedido el cuadro 'Tentación de Santo Tomás de Aquino', obra de Velázquez y que Belda destaca como "la joya de la colección".

En concreto, Fernández-Delgado precisó que la muestra no trata de mostrar otro Gaya diferente, sino que es "tremendamente tópica en el sentido que respeta, por ejemplo, la imagen que el gran público y los visitantes tienen de Gaya, al que denominan 'el pintor de la copa'".

Sin embargo, el director del Museo Ramón Gaya explicó que la exposición demuestra que esas cosas que hacía el pintor murciano "no eran caprichos ni ventoleras del artista, sino que todo tenía una razón de ser". De ese modo, explicó que Gaya decía que "no se repetía, sino que insistía en cosas que pensaba desde el primer momento".

Así pues, la exposición refleja "cómo Gaya insiste en autores y cuadros, porque no en la variación sino en la repetición está el gusto". De hecho, la muestra "lo que hace es asentar en la historia del arte toda una obra a la que muchísimas veces el pintor ha llegado intuitivamente", remarcó Fernández-Delgado.

"Se trata de una persona que no ha tenido estudios universitarios y que, sin embargo, tiene unas apreciaciones y unas valoraciones de los pintores y de los momentos de la historia del arte que son rotundas y que coinciden con las históricas, aunque él llega por otro camino distinto al de la historia", señaló Fernández-Delgado.

"Basta ver tanta fuerza en la colección, tanta expresión y tanto sentimiento que Gaya encontraba para que podamos entender todas las inspiraciones y caminos que encontraba, e incluso la definición de determinados países como países de pintura, como España, Italia, Holanda, China y Japón", remarcó el catedrático.

Belda explicó que, en la década de los años 80, se presentó una exposición en el Casino de Murcia en la que Gaya hablaba de las copas y del cristal como metáfora de la realidad, es decir, "la transparencia y la luminosidad que compara al espejo, que es un tema iconográfico muy utilizado dentro de la historia de la cultura".

"su propio formador"

Belda destacó que el espejo "ha tenido unos efectos inquietantes y un enigma, como en Las Meninas". Además, dijo estar sorprendido por la precisión y la exactitud con la que Gaya construye un soneto con la dificultad que implica. Asimismo, destacó la aproximación espontánea y la intuición "en alguien que dejó la escuela y que ha sido él mismo su propio formador", en referencia al pintor murciano.

"En 1910 están todavía vivos los grandes maestros de la generación del 98 y los grandes modelos que se han buscado para esa regeneración de España después del desastre de la pérdida del Imperio colonial, los mismos a los que después se les ha propuesto como modelo: todos han buscado los modelos para la regeneración de la sociedad", explicó Belda.

Fernández-Delgado destaca que, en el año 1980, Gaya habla de la metáfora de la realidad de la copa y escribe 'Velázquez, pájaro solitario' en 1969. de hecho, en las exposiciones del primer Gaya "hay un cuadro de 1926, cuando tenía 16 años, en el que ya tiene un vaso horroroso tallado con una cenefa hortera y casposa en la que, sin embargo, ya está la transparencia y la realidad, es decir, lo que luego va a desarrollar".

El director del Museo apuntó que la muestra "recoge algo que se ve perfectamente, y es que al hablar de pintura todo el mundo asocia el girasol con Vincent Van Gogh, Las Meninas con Velázquez, y la copa con Gaya". Este es, según Belda, el "ideograma" de Gaya, porque es muy descriptivo de su obra".

La muestra recoge 12 obras que están expuestas en el Museo Ramón Gaya, pero hay entre ocho y diez cuadros que se exponen por primera vez en Murcia, con obras como el 'Homenaje a Tiziano' o 'Las tres gracias'. Belda destacó que lo más importante de la exposición, que no se había visto nunca es "la secuencia entre la pintura antigua de los grandes maestros y la de Gaya".

Así pues, lo importante, no era sólo recordar esos homenajes con los que Gaya ha recordado a esos pintores, sino traer a sus inspiradores cerca en la correspondencia que podía existir entre la mayor parte de ellos.

Según Belda, la gran joya de la exposición es el cuadro de Diego Velázquez, aunque también destacó 'Consuelo' de Isidro Nonell, que ha sido traído del Museo de Monserrat, porque es un cuadro que "emplea una economía de pintura muy llamativa pero capaz de decir tanto con muy pocos medios".

La muestra "aborda el problema nunca resuelto por Gaya de las vanguardias: en el que la propia pintura se devoraba a sí mismo, y también abarca la forma en que el pintor murciano veía el clasicismo, es decir, como lo ha visto como la eterna juventud en la que el hombre siempre vuelve a sus propios orígenes y se encuentra eternamente joven".

Asimismo, en la exposición están contenidos "los cuatro elementos, el agua, la tierra, el aire y el fuego, puesto que Gaya decía que las artes tienen su origen en los cuatro elementos que, según los antiguos griegos, constituían el universo".

Belda lamentó no haber podido traer 'La muerte de Lucrecia', pero destacó que es un cuadro "muy grande que es imposible de mover, a pesar de que Gaya le dedica unos textos muy intensos y muy emotivos". Asimismo, explicó que hay cuadros "que es imposible traer, como Las Meninas', a pesar de ser la gran obra que ha estado siempre en la retina de Gaya".

Martínez Ortíz mostró su esperanza en que la muestra tenga una afluencia de público muy intensa", y recordó que el Museo ha habilitado visitas guiadas los miércoles.

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