El escritor Gabriel Sofer se traslada en su nuevo trabajo editorial 'Bestiario y fuga' al barrio neoyorkino de Brooklyn para mostrar su particular bestiario, "sin la intención moralista que tenían los originales de tradición medieval".

En una entrevista concedida a Europa Press, Sofer, nacido en Madrid según la información facilitada por la editorial El Olivo Azul, ha explicado que la obra recoge la tradición de los bestiarios medievales, "un género de narración en el que se atribuían cualidades humanas a bestias y animales, como también se escribían lapidarios en los que se otorgaban dichas cualidades a las piedras".

En este sentido, ha precisado que, a diferencia de los bestiarios medievales, éste está situado "en un tiempo y espacio actuales, es decir, el Brooklyn actual, ciudad en la que ha residido varios años", y además, "carece de la intención moralista que tenían los originales".

Por otro lado, este enigmático escritor, el cual ha aportado diferentes datos biográficos a la editorial para la primera obra publicada en El Olivo Azul, 'Al final de mar', y para ésta, ha comentado que "nunca ha pretendido, por lo menos desde que abandonó el sueño de la revolución, que su literatura fuese didáctica, pedagógica o instructiva". Así, ha señalado que "rechaza la etiqueta de fábula moral".

Asimismo, ha añadido que intenta, "con mayor o menor éxito", que cada historia o personaje que concibe tengan vida propia al margen de sus creencias y aspiraciones. "No ofrece moraleja alguna, no tengo nada que enseñar a nadie", ha afirmado, apuntando que, "quizás, con suerte, consiga alguna que otra vez mostrar la constante contradicción moral, física o lógica en que consiste vivir".

Por otro lado, el escritor ha indicado que esta segunda obra publicada en España, según ha informado la editorial a Europa Press, es "un bestiario que forma una unidad sin la que ninguna de sus partes y fragmentos tendría sentido".

Palomo, cuervo, caracol, hormigas, gato o perro, son algunos de los animales que caminan o deambulan por las páginas de estos relatos, pero, según ha expresado, "sin intención metafórica o simbólica alguna de equiparar nuestra sociedad con una selva o a los seres humanos con bestias, sino más bien, al contrario, las criaturas son humanas, demasiado humanas".

"una vida en fuga"

Con respecto al concepto de fuga que se recoge en el título de la obra, este matemático de formación, según la información facilitada por la editorial, ha señalado que "la fuga, o más bien la tentación de la fuga, es el motor que mueve a casi todas las criaturas que pululan por 'Bestiario y fuga', aunque cada una se enfrenta a esta cuestión de una manera diferente".

En este sentido, ha manifestado que la fuga es un motivo "casi obsesivo" para él, tanto como forma musical, como estrategia literaria e, incluso, como forma de vida. "Entiendo la vida como una constante fuga, no sé si de mí mismo o de la muerte, como quería el gran poeta Paul Celan", ha confesado, añadiendo que "en fuga constante es como vive y escribe desde hace mucho tiempo".

Por otro lado, ha resaltado que se trata de un libro "muy querido" por varias razones, pues "no sabía qué quería contar cuando comenzó a escribirlo ni tampoco adónde iba mientras lo escribía, dándose cuenta una vez escrito que iba de la amistad". Además, ha recalcado que "ha abandonado la pretensión de dar con la página bella para abandonarme libremente a la narración de hechos y vidas".

En referencia al género del relato, ha afirmado que desconoce si es "el más literario, pero sí es un género especialmente complejo e intenso por lo que implica de condensación de muchos elementos en unas pocas páginas". "Los relatos, como los poemas, para ser buenos, deben ser prácticamente perfectos. Las novelas, en cambio, admiten, incluso precisan de, cierta imperfección", ha asegurado.

Por último, Sofer, quien en su política de despiste y misterio, según ha comentado la editorial a Europa Press, sólo deja intuir su rostro a través de caricaturas, que del mismo modo que los datos biográficos, han sido "totalmente distinta" para cada obra. Éste ha resaltado el trabajo de Lina Vila, la pintora zaragozana responsable de las maravillosas ilustraciones del libro, que captan "la irrealidad y la extrañeza que guían las peripecias de las criaturas de 'Bestiario y fuga'".