Audiencia condena a 14 años y medio al parricida de Los Pajaritos pero tramitará su indulto parcial

Considera que "además de dar muerte a su padre, le causó padecimientos innecesarios, aumentando deliberada e inhumanamente el dolor del mismo"

La Audiencia Provincial de Sevilla ha condenado a 14 años y seis meses de prisión a José Carlos C.P. por acabar con la vida de su padre, a quien asestó 44 puñaladas durante una discusión por 500 euros mantenida en el bar regentado por éste último en la barriada sevillana de Los Pajaritos, aunque ha acordado iniciar "en su momento" las actuaciones necesarias para tramitar el indulto parcial de la mitad de la pena, cuestión esta que fue propuesta por unanimidad por el jurado popular que enjuició el caso.

La sentencia, a la que ha tenido acceso Europa Press, condena al acusado a 14 años y seis meses de cárcel por un delito de asesinato con la circunstancia agravante de parentesco, aunque por el contrario tiene en cuenta las atenuantes de trastorno mental transitorio y de reparación del daño, ya que durante el juicio celebrado la pasada semana el jurado declaró "probado" que se había producido una reparación "total" del daño, pues el procesado vendió una vivienda de su propiedad y los perjudicados "quedaron resarcidos".

De este modo, la sentencia considera probado que, sobre las 7,45 horas del día 19 de noviembre de 2009, José Carlos se personó en el bar 'Ruiseñor' con la intención de pedir al padre 500 euros "que al parecer le adeudaba", añadiendo que el acusado, debido a que "mantenía malas relaciones" con la víctima, acudió al local armado con un cuchillo de cocina "de grandes dimensiones". Una vez se marcharon los clientes que había en el bar, el procesado y su padre "discutieron verbalmente, llegando a empujarse mutuamente".

Así, pone de manifiesto que, "como quiera que la bronca era muy tensa", el encartado "arrinconó" a su padre en una esquina del bar y, "con evidente deseo de causarle la muerte por no darle el dinero que le reclamaba, sacó sorpresivamente el cuchillo que portaba escondido, circunstancia que eliminó la posibilidad de defenderse, de repeler o esquivar las cuchilladas que le asestó", por lo que la víctima "sólo pudo poner las manos para intentar parar las acometidas de su hijo, resultando con once heridas producidas en miembros superiores".

Le acometió con "saña"

Además, la sentencia, consultada por Europa Press, señala que el acusado asestó a su progenitor cinco puñaladas hasta hacerlo caer al suelo, "donde siguió acometiéndole con saña, acuchillándole por todo el cuerpo y llegando a producirle 44 heridas inciso-cortantes", motivo por todo lo cual considera que el acusado, "además de dar muerte a su padre, le causó padecimientos innecesarios, aumentando deliberada e inhumanamente el dolor del mismo".

Acerca del trastorno mental transitorio que padecía el encartado, el fallo recuerda que el jurado popular "declaró probado por unanimidad que el acusado, al tiempo de ocurrir los hechos, tenía una notable afectación de sus facultades de querer y de entender a causa de una larga evolución de maltrato familiar", para lo cual el jurado se basó en sendos informes psicológicos y psiquiátricos, que han puesto de manifiesto que "sufrió una alteración moderada, breve y transitoria de la conciencia y voluntad, a causa de las vivencias de maltrato de su padre hacia él y demás miembros de la familia, que ha venido sufriendo desde la infancia".

Al hilo, recuerda que ambos informes periciales "son esencialmente coincidentes, llegando ambos peritos a la conclusión de descartar la absoluta irresponsabilidad del condenado, si bien concluyen que en el momento de la comisión de los hechos tenía una pérdida momentánea, temporal y moderada de la capacidad volitiva, que limita su grado de libertad".

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