Los Verdes de Extremadura alerta sobre la "amenaza latente" de la balsa de residuos de la mina de níquel de Aguablanca

La organización Los Verdes de Extremadura ha alertado sobre la "amenaza latente" que a su juicio supone la balsa de residuos de la mina de níquel de Aguablanca en el término municipal de Monesterio (Badajoz).

La organización Los Verdes de Extremadura ha alertado sobre la "amenaza latente" que a su juicio supone la balsa de residuos de la mina de níquel de Aguablanca en el término municipal de Monesterio (Badajoz).

El colectivo advierte de que mientras que el cierre de la explotación de la mina tiene un plazo "cada vez más cercano, a punto ya de concretarse", los residuos embalsados "no tienen fecha de caducidad", lo que los convierte "en una bomba de relojería".

El hecho de que los materiales con lo que se construyen los muros de contención de estas balsas de residuos "no garanticen su durabilidad ni resistencia en el tiempo, ni contemplen los cada vez más frecuentes imprevistos climatológicos", propicia según apunta Los Verdes de Extremadura en nota de prensa "accidentes como el sucedido en Hungría, en una mina de características muy semejantes a Aguablanca, o el bien recordado de la Rotura de la Presa Minera de Aznalcóllar".

Añade que la "amenaza de rotura, filtraciones y contaminaciones" de dicha balsa de lodos, situada a menos de tres kilómetros de la población sevillana de El Real de la Jara, "seguirá en pie mucho tiempo después de que su explotación sea un mero recuerdo".

De hecho, "el oscurantismo sobre las garantías técnicas y medioambientales, y los compromisos posteriores al cierre que deben ofrecer la empresa y la administración acerca de la mina de Aguablanca, no deberían tranquilizar especialmente a la ciudadanía", añade el colectivo. EFECTOS

En este sentido, apunta que el "macroproyecto" minero Aguablanca en Monesterio, para extraer níquel y cobre, "es un ejemplo de un proceso devastador a efectos sociales, sanitarios, medioambientales y culturales".

Así, rechaza que "se asumen industrias potencial o directamente contaminantes que menosprecian el desarrollo sostenible, la riqueza natural y los usos tradicionales en Extremadura, en base a decisiones con firmes cimientos en el histórico predominio de la oligarquía sobre el interés común, y que dejan en evidencia la política llevada a cabo por el gobierno extremeño en estos años".

"La explotación de Aguablanca ha hecho confluir en la comunidad extremeña turbias decisiones políticas con evidentes intereses económicos privados, degradando valores naturales hasta erosionar la calidad de vida de una población que tendrá que asumir riesgos para el futuro", indica.

De igual modo, Los Verdes de Extremadura recalca que suscribe a fecha de hoy las críticas que según dice se hicieron en su día, antes de la apertura de la Mina, por las organizaciones ecologistas.

Finalmente, apunta que la "responsabilidad" del Gobierno extremeño es "absoluta", al haber "aprobado y subvencionado en su día" la explotación "en beneficio de una corporación multinacional que ha hipotecado medioambiental y económicamente un espacio protegido, y el agua que ha de beber una población de un millón de habitantes".

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