La depuración de las aguas residuales, los vertidos contaminantes, la garantía del abastecimiento de agua y la limpieza de los cauces son algunas de las cuestiones que más preocupan a los cántabros en su relación con los ríos de la región.

Ésas son al menos algunas de las conclusiones que se extraen del proceso de participación pública iniciado en el año 2006 por la Consejería de Medio Ambiente para conocer las opiniones de los ciudadanos y recoger sus aportaciones de cara a la elaboración de los planes hidrológicos que preparan las tres confederaciones en las que se incluyen los diferentes ríos cántabros: la del Ebro, la del Cantábrico, y la del Duero (por el río Camesa).

Las más de 210 horas de debate y discusión con los agentes de cada uno de los territorios han puesto de manifiesto que cada cuenca tiene "su propia personalidad" y sus problemas específicos, aunque a grandes rasgos las preocupaciones más generalizadas tienen que ver con la conservación de la calidad de las aguas y el abastecimiento.

El consejero de Medio Ambiente, Francisco Martín, junto a la directora del CIMA, Luisa Pérez, y la directora general de Obras Hidráulicas y Ciclo Integral de Agua, Ana Isabel Ramos, ha dado a conocer este miércoles algunas de esas conclusiones, que ya se han trasladado a las respectivas confederaciones para que se plasmen en sus planes hidrológicos.

En general, según ha explicado Ramos, el proceso de participación pública, con el que han "peinado" los valles, pueblos y ríos de Cantabria, ha permitido detectar una "amplia preocupación" entre los cántabros en lo que respecta al tratamiento de las aguas residuales urbanas, así como sobre los vertidos contaminantes y los vertidos urbanos e industriales.

Otros de los aspectos que les preocupan son la garantía de abastecimiento, y la transmisión de esa sensibilidad y preocupación ambiental al resto de la población. Junto a ello, también hay "muchísima demanda" de limpieza de ríos y, en el caso de los pescadores, para la eliminación de barreras que impiden el flujo de los peces.

Personalidad propia

No obstante, en palabras de Ramos, "cada cuenca tiene su propia personalidad". Por ejemplo, en el área de Castro Urdiales la sociedad tiene la percepción de que los ríos están "muy intervenidos" y les gustaría recuperar el ecosistema y aspecto del río.

Mientras tanto, en la cuenca del río Escudo, se observan "contrastes" entre la cuenca alta y la baja; y en el Nansa se detecta "gran preocupación" por el uso de aprovechamientos hidráulicos.

En el Pas-Pisueña uno de los principales problemas era que la cuenca alta se quedaba sin agua en verano, pero este año se ha podido ver ya un río "totalmente diferente" al entrar en servicio el bitrasvase.

Por su parte, en el Saja-Besaya, "el río industrial por antonomasia", se constata una preocupación social por la recuperación de la calidad de sus ecosistemas y especies, aunque se reconoce también la "gran transformación" que ha experimentado, incluso aguas abajo de la zona industrial.

Por último, en el caso de la cuenca del Asón-Agüera es donde más se ha percibido la preocupación por la compatibilización de usos, especialmente entre las piraguas y usos recreativos, y la pesca.

Proceso de participación

Los procesos de participación pública, a los que se sumaron cerca de 3.000 personas, han permitido poner de relieve estas diferencias entre unos y otros ríos y, en consecuencia, proponer también un tratamiento diferente de cara a la elaboración de los planes hidrológicos.

Durante los procesos se recogieron 2.300 propuestas que, después de agrupar las que se repetían y desechar algunas que no podían llevarse a cabo por diferentes motivos, se han resumido en alrededor de un millar de ideas.

Esas aportaciones se han plasmado después en 66 fichas que han sido enviadas a las diferentes confederaciones hidrográficas, con lo cual, los planes hidrológicos de cuenca recogerán "las distintas sensibilidades", tal como ha señalado la directora del CIMA. Esos planes, según las estimaciones de Martín, saldrán a información pública hacia la primavera de 2011.

Para que los ciudadanos conozcan cuál ha sido el resultado de los procesos participativos y cómo se van a plasmar sus propuestas en los planes hidrológicos, Medio Ambiente va a iniciar ahora una nueva ronda de reuniones en las diferentes cuencas.

En ellas intervendrán el consejero, responsables de la confederación hidrográfica afectada en cada caso, alcaldes de los municipios que acogerán los encuentros, la directora del CIMA y la directora general de Obras Hidráulicas, tras lo cual, se abrirá el debate, y se cerrará la jornada con la visita a la exposición 'El latido del agua', que se llevará a cada uno de esos foros.

La primera de las reuniones será el día 21 de octubre en Puente Viesgo, para presentar las conclusiones del proceso de participación en la cuenca Pas-Pisueña.

Después se sucederán reuniones en Torrelavega (Saja-Besaya), el 11 de noviembre; Reinosa (Ebro), el 25 de noviembre; Solares (Miera-Campiazo), el 16 de diciembre; San Vicente de la Barquera (Escudo), el 20 de enero; Ampuero (Asón-Agüera), el 10 de febrero; Castro Urdiales (ríos Castro Urdiales), el 24 de febrero; Puentenansa (Nansa), el 10 de marzo; La Hermida (Deva), el 24 de marzo; y Mataporquera (Camesa), el 14 de abril.

Democracia participativa

El consejero de Medio Ambiente ha destacado el "ejercicio de democracia participativa" que ha significado todo este proceso en Cantabria, ya que se ha ido más allá de lo que marcaba la propia Directiva Marco del Agua y de lo que se ha hecho en otras regiones. De hecho, ha asegurado que ha sido un proceso "de los más numerosos" de España, durante el cual se ha escuchado tanto "lo bueno" como "lo malo".

Gracias a estos procesos participativos, los planes hidrológicos ya no serán un documento elaborado "en un despacho" por un técnico, aprobado por la administración e "impuesto" al territorio, y por tanto, "no serán algo que rechina o ajeno a la población".

En su opinión, el proceso es "mucho más laborioso", pero se ha abierto un camino que será en adelante "un hito recurrente", porque los ciudadanos "desean ser consultados" y tienen "derecho" a ser actores en los procesos de participación.