A cambio, tal como pedía la fiscalía, ayer fue condenada a irse del país y no volver a pisarlo en la próxima década.
De esta forma, este destierro la libra de la cárcel, pero la mantiene alejada 10 años de su hija.
Sandra B. P. estaba acusada de haberla abandonado cuando tan sólo contaba con cuatro días de vida, en la puerta de la pensión Bahía de Barcelona.
El abandono se produjo en septiembre del año 2004 y Sandra se conformó ayer, durante el juicio en la Audiència, con la expulsión del país.
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