Un "robaescenas" imprescindible y entrañable llamado Manuel Alexandre

  • La discreción y la sencillez fueron los ejes de su carrera.
  • "No suelo ir al cine, lo que me gusta de verdad es el teatro, una rareza de un hombre joven como yo", explicaba hace sólo unos años.
  • Siempre decía que se hizo actor por Fernando Fernán Gómez.
Manuel Alexandre ha fallecido a la edad de 92 años.
Manuel Alexandre ha fallecido a la edad de 92 años.
EFE
Manuel Alexandre ha fallecido a la edad de 92 años.

"He hecho 312 películas y siempre me lo he pasado muy bien". Manuel Alexandre fue el actor que siempre estuvo allí, nutriendo con magistral discreción los mejores títulos de la cinematografía española y sintetizando con un gesto las bondades del hombre humilde y la sabiduría emocional del iletrado.

"En mi profesión, me ha gustado hacerlo todo muy sencillo pero muy distinto", reconocía hace un año. La sencillez y la ductilidad fueron adjetivos que se ajustaban al que, por justicia, se convirtió en uno de los mejores "robaescenas" del cine español.

Alexandre había cambiado la calidad de secundario por la de imprescindible, y así, para toda una generación, y también a través del teatro y la televisión, se convirtió en esa presencia habitual que no se sabía si estaba en la pantalla o sentado en la mesa a la hora de comer. "En España no se puede elegir papeles porque si no se pasaría mucha hambre", explicaría este actor que participó asimismo en numerosas comedias de las apodadas "españoladas" o cintas colindantes con el destape.

"Desde entonces yo ya no recito"

Comenzó estudios de Periodismo, pero el estallido de la Guerra Civil española interrumpió su formación. Finalizada la contienda, dio clases de Declamación en el Real Conservatorio de Madrid, compartiendo aula con talentos de la altura de Fernando Fernán Gómez y Rafael Alonso.

"Yo soy actor por Fernando Fernán Gómez". "Lo decidí cuando vi a mi amigo recitar unos versos en la escuela de Carmen Seco. No había visto nunca a nadie antes leer así poesía. Desde entonces yo ya no recito", aseguraba. Fernán Gómez contó con él para títulos como Pesadilla para un rico o Fuera de Juego, y compartieron el éxito de la serie de televisión Los ladrones van a la oficina.

Bienvenido, Mr. Marshall fue su triunfal debut, con Berlanga, al que siguieron clásicos emocionales como Calabuch, Los jueves, milagro y Plácido, pero también títulos más turbios del director, como Tamaño Natural o sus últimas películas: Todos a la cárcel y París-Tombuctú.

Y el trío de ases que ayudó a conformar el suculento patrimonio cinematográfico de Alexandre lo completa José Luis Cuerda, quien sacó jugo a la gentil veteranía del actor en los años ochenta y noventa. Entre tanto, otros maestros como Juan Antonio Bardem, Miguel Picazo o Mario Camus contaron con la calidez que daba a cada interpretación.

Siempre un hombre de teatro

Curiosamente, después de esta deslumbrante carrera como intérprete de reparto, en los últimos años afrontó papeles protagonistas como el de El ángel de la guarda, con el que ganó el premio de interpretación en Gijón, o los romances otoñales de Primer y último amor, de Antonio Giménez-Rico, o Elsa y Fred.

Su infatigable dedicación a la profesión no hizo descender su ritmo de trabajo en el siglo XXI: títulos destacables de este período son El caballero Don Quijote o ¿Y tú quién eres?, donde interpretó a un enfermo de Alzheimer a las órdenes de Antonio Mercero y junto a José Luis López Vázquez.

Alexandre, que luchó en el batallón del general Miaja contra la toma de Madrid por parte del bando Nacional, ofreció su última gran interpretación encarnando a Franco en la serie de televisión 20-N. Pero ni cine ni televisión, él fue siempre un hombre de teatro.

"No suelo ir al cine, lo que me gusta de verdad es el teatro, una rareza de un hombre joven como yo", reconocería entre bromas en sus últimos años de vida. Gracias a la televisión y a la popularidad del espacio Estudio 1, también colaboró en la difusión de grandes obras como Eloísa está debajo de un almendro o La venganza de Don Mendo.

"Agradezco que mi nombre se haya unido a la palabra que más admiro de la lengua castellana: la cultura", dijo al recibir un premio en 2008.

Y es que Alexandre fue acreedor de innumerables reconocimientos, entre ellos el Goya de Honor y la Gran Cruz de Alfonso X el Sabio.

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