Un equipo de la Universidad vallisoletana descubrió el hongo causante de la situación, el Gremmeniella abietina, que ya devastó bosques en Finlandia y Canadá. «No queremos ser alarmistas pero hay riesgo, el pino corre peligro», asegura Julio Díez Casero, director del equipo que está al frente de la investigación. En Valladolid hay una superficie de 82.000 hectáreas de pino en sus diferentes variedades: negral, piñonero y carrasco.

«En el laboratorio, los pinos son muy susceptibles al hongo, y ya hemos visto bastantes casos en los pinares de aquí», dice el profesor. El antecedente más inmediato que se recuerda es la grafiosis del Olmo, que casi acabó con la especie en la década de los ochenta. No obstante, el profesor quita dramatismo: «Tenemos suerte, colaboramos con países que ya padecieron el hongo y lo hemos detectado temprano».

4 preguntas sobre...Gremmeniella abietina

1 ¿De dónde procede este hongo? No se sabe. Pero una hipótesis es que podría haber entrado al comprar plantas a otro país para reforestar. También podría haber estado siempre ahí sin desarrollarse hasta ahora, debido al cambio climático.

2 ¿Cuál es su peligro potencial? Depende de las condiciones. Un árbol pequeño, de entre uno y tres metros, podría debilitarse en un año. Un pino adulto y fuerte, tardaría entre ocho y diez años en morir. La sequía acelera la decadencia.

3 ¿Cómo actúa? El hongo entra por la parte alta del árbol y va descendiendo. Un hongo normal realiza simbiosis con el árbol, pero este tipo de hongos patógenos parasitan en él, lo infectan y se alimentan de los azúcares. Se extienden por la corteza y van debilitando las ramas, hasta que las secan.

4 ¿Cómo se puede frenar? La solución que se estudia en estos momentos es desarrollar biológicamente un hongo bueno que neutralice los efectos del malo. No se podrían utilizar fungicidas, puesto que se pone en peligro el ecosistema de los bosques, que es muy frágil.