El Congreso Nacional de la Energía celebrado entre los días 6 y 8 de octubre en Valladolid ha abogado por dotar al sector de un marco a largo plazo que dé estabilidad a los inversores y que dé seguridad jurídica en este país.

Según ha informado el vicepresidente segundo de la Junta y consejero de Economía y Empleo, Tomás Villanueva, esta ha sido la conclusión "unánime" del Congreso, que ha abogado también por que sea la política europea la que marque la política de los estados miembros y, por tanto, al Estado español, a las comunidades autónomas y a las entidades locales hacia la consecución de los objetivos 20-20-20, que fijan como obligatorio que el 20 por ciento del consumo final de energía proceda de fuentes renovables, una reducción del 20 por ciento en las emisiones de CO2 respecto a las de 1990 y un incremento de la eficiencia energética por unidad de PIB.

"Consiste en algo tan sencillo como que hay que potenciar las renovables, reducir la necesidad energética y las emisiones de CO2", ha explicado el consejero, que ha recordado que el sector se encuentra en un momento en el que proyectos tan importantes como el vehículo eléctrico "dan una nueva capacidad a nuestro sistema energético, unas nuevas posibilidades y, además, le da una mayor cabida a las energías renovables para poder ser utilizadas"

Otra de las conclusiones de este foro de debate es que España necesita una menor dependencia y que se garantice la seguridad en el suministro energético en España "y, ahí entendemos que todas las fuentes que pueden conformar el 'mix' energético del que dispone España, que es muy variado y rico, son útiles, entre ellas también el carbón autóctono".

Villanueva ha insistido en este sentido en que hay que seguir apoyando al carbón autóctono porque es "una garantía de suministro y, además, da cumplimiento a uno de los principios energéticos europeos como es el de la reserva estratégica".

Respecto a las garantías del abastecimiento energético, Villanueva ha hecho referencia en su intervención al uso de recursos y tecnologías autóctonas y la diversificación de los aprovisionamientos. INCERTIDUMBRE

La incertidumbre afecta también a la financiación de iniciativas energéticas y, según se ha planteado en el bloque dedicado a este segmento, a la dificultad para la obtención de crédito y su mayor coste se suma la huida de los recursos económicos hacia terceros países, no tanto por su rentabilidad como por su menor riesgo regulatorio.

Según Villanueva, esa incertidumbre "y mala imagen" repercute también en los negocios en el exterior de las compañías energéticas, pioneras en desarrollo tecnológico en un ámbito de gran futuro.

En esta primera edición del Congreso Nacional de Energía se ha constatado también la necesidad de aplicar "una política clara de contención de costes energéticos", bien por la mejora de las tecnologías, bien por la profundización en el ahorro y el consumo.

A la hora de diseñar políticas de diversificación han de tenerse en cuenta las nuevas realidades, como por ejemplo, la progresiva introducción de vehículos eléctricos en el parque móvil, iniciativa de gran interés para Castilla y León.

La coordinación es indispensable también a la hora de desarrollar políticas energéticas, industriales y de I+D, tal y como se puso de manifiesto en la mesa redonda sobre "La importancia de la industria y la tecnología aplicada al sector energético".

Tomás Villanueva ha defendido la oportunidad de este Congreso Nacional de la Energía, en el que han participado empresarios, reguladores, administraciones públicas o empresas energéticas, ya que ha promovido un debate "muy completo" sobre un sector "clave" para la competitividad del país.

Ausencia del gobierno

En el 'debe' de este Congreso Nacional de la Energía, el vicepresidente de asuntos económicos se ha referido a la ausencia del Gobierno que, según ha reconocido, ha dejado un "mal sabor" entre todos los ponentes "en la medida en que la opinión del Gobierno es decisiva para el sector".

Alrededor de 300 congresistas han asistido a las conferencias, mesas redondas y debates cuyos contenidos han girado en torno a aspectos como la política energética, las tendencias del sector, modelos de financiación, la posición de los operadores y el regulador, importancia de la industria y la tecnología, las empresas energéticas, el papel de los consumidores y los agentes sociales, el marco legal y la normativa.