Los equipos de rescate de Hungría prosiguen este miércoles con las tareas de limpieza de la zona rural contaminada por el vertido tóxico que ha causado la muerte de cuatro personas, la desaparición de otras seis y heridas de diversa consideración a otro centenar.

Fuentes gubernamentales señalan que el mayor accidente químico de la historia del país ha podido ser sido provocado por un error humano, añadiendo que no hay signos de que se deba a causas naturales. También han señalado que podrían tardar más de un año en las labores de limpieza.

En una rueda de prensa, el primer ministro húngaro, Viktor Orban, aclaró que no existe peligro de radiación en la zona afectada por el fango rojo procedente de la presa de una fábrica de aluminio propiedad de MAL Zrt.

Un vertido de 700.000 metros cúbicos

Previamente, Hungría declaraba el estado de emergencia en tres condados, afectando a muchas personas, que sufren quemaduras e irritaciones de ojos a causa del plomo y de otros elementos altamente corrosivos.

El estado de emergencia por el fango rojo, un residuo generado por el refinado de bauxita, afecta a los condados de Veszprem, Gyor-Moson-Sopron y Vas.

El vertido, estimado en unos 700.000 metros cúbicos, se ha llevado por delante automóviles, puentes y viviendas y ha obligado a evacuar a alrededor de 400 vecinos de la zona. La Unidad de Desastres Naturales ha dicho que se han echado varias toneladas de yeso en el río Marcal para intentar contener el vertido.