Las fotos fueron hechas hace unos años. Quizá Courtney Love tenía entonces la custodia de su hija. Probablemente estaba "limpia". La minifalda nuclear se alza varios centímetros sobre una de sus rodillas cuando arquea la cadera, preparándose para el primer disparo. Un mechón de pelo se abalanza con fiereza grunge sobre la frente hasta enredarse en las pestañas. Más abajo, los labios crepusculares y la lozanía del escote empinada por el bisturí. No puede evitar todavía aturdir con una mirada punzante al objetivo. A su lado, Frances Bean Cobain, esa joven seria, de ojos azules y muy abiertos, lleva un vestido largo, menos ceñido que el de su progenitora. Parece incómoda ante los paparazzi. O tal vez, por el abrazo de su madre, que la empuja por los hombros hacia sí sin descuidar el posado.
En alguna ocasión mira atrás y reconoce que, durante un tiempo, su vida fue una locura.
Patti Smith, su salvación
A Courtney le gusta recordar que fue una niña apocada a quienes sus compañeros de clase disfrutaban fustigando. Tuvo que cambiar. De todo ello, culpa a su familia: "Vengo de un hogar desestructurado donde se creían hippies. Estuve internada en un reformatorio. Gracias a las canciones de Patti Smith, me salvé”.
Antes de introducirse en el mundo de la música, fue modelo y stripper. Luego, en el 89, fundó la banda Hole, un proyecto de rock agresivo y letras descarnadas, una terapia. Sus discos recibieron elogios por la prensa especializada, a quien sin embargo atemorizaba en cada encuentro con sus repetidos "fuck" y sus respuestas procaces.
El cine vino en su ayuda en 1996 y fue ovacionada por su trabajo en El escándalo de Larry Flynt, abriéndole las puertas a la carrera interpretativa.
Desde entonces, Love ha compaginado el cine, la música –este año publicó nuevo disco-, sus demonios, las rehabilitaciones, el manga y la publicación de sus memorias con, desde hace un tiempo, las visitas a los desfiles de moda. Los Versace y los Armani son ya un "imprescindible" en su fondo de armario. Para sus conciertos, sin embargo, suele optar por algo más informal.
La viuda del grunge
Tras su boda, Love dijo de su esposo que era "su príncipe azul sobre un caballo blanco"; él, en cambio, indicó de Courtney que era "el mejor polvo de su vida".
A los 27 años, Cobain, en el momento álgido de su carrera, decidió quitarse la vida. Sólo dejó una nota: "Más vale explotar que apagarse lentamente". Detrás dejó una hija, una esposa confundida, cientos de leyendas y el resquemor de algunos de sus fans, que vieron en Courtney la influencia negativa que había arrastrado a su ídolo al vacío. Hoy Courtney está harta de que en cada entrevista le hablen de Kurt: "Kurt, Kurt, Kurt... todo el rato Kurt. Ha pasado mucho tiempo. ¡Ya éstá bien!".
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