El hombre acusado de estrangular a su inquilina y ocultar el cadáver en el dormitorio durante cinco días ha aceptado una condena de seis años de prisión y ha evitado así la celebración de un nuevo juicio, como habían ordenado el Tribunal Superior de Justicia de Cantabria (TSJC) y el Tribunal Supremo, tras anular la vista anterior en la que un jurado popular le absolvió del crimen.

El nuevo juicio debería haber comenzado en la Audiencia Provincial de Cantabria el próximo lunes, 4 de octubre, pero el fiscal y la defensa han alcanzado un acuerdo por el que el acusado acepta esa condena de seis años de cárcel por un delito de homicidio.

El procesado, R.G.A., admitió en todo momento ser el responsable de la muerte de su inquilina, pero alegó que lo hizo enajenado por la conducta "conflictiva" de la mujer.

Esa tesis fue aceptada en enero de 2009 por un jurado popular, que consideró probado que el hombre mató a la víctima, pero le absolvió al considerar que tenía afectadas sus facultades mentales. Sin embargo, el TSJC y el Supremo ordenaron repetir el juicio por la falta de motivación en la absolución.

En el acuerdo alcanzado entre fiscalía y defensa se explica que en abril de 2006 el acusado, R.G.A., alquiló una habitación a la víctima, que tenía 35 años y un hijo de 12, en el piso del que era propietario en la calle Peñas Redondas de la capital cántabra.

La relación entre ambos fue cordial hasta noviembre de ese año, en que comenzó a deteriorarse debido a que la mujer llevaba al piso a altas horas de la madrugada a personas desconocidas para el imputado, lo que dificultaba su descanso.

El 2 de julio de 2007, el hombre regresó a su domicilio sobre las cinco y media de la madrugada, después de trabajar, y encontró a su inquilina dormida en el sofá del salón de la vivienda, con la tele encendida. Se acostó e intentó dormir, sin conseguirlo, por lo que se levantó, fue al sofá en el que estaba la mujer y la agarró fuertemente del cuello con las dos manos.

Ella opuso una gran resistencia y forcejearon hasta llegar al pasillo de la vivienda, donde el acusado cogió un martilló de un armario y golpeó con él a la mujer en la parte superior de la cabeza. El mango del martillo se partió, por lo que volvió a agarrarla del cuello hasta que dejó de moverse y murió por asfixia por estrangulamiento.

A continuación, el hombre la envolvió en una manta y la llevó al dormitorio que ella ocupaba, dejándola en el suelo y posando sobre ella una bolsa de basura con ropa dentro propiedad de la víctima. Limpió la sangre del suelo del pasillo con una fregona y tiró el martillo y el pijama que vestía, que estaba manchado de sangre, a un contenedor.

El hombre volvió los días siguientes a dormir a su domicilio, con el cadáver de la mujer dentro, hasta que el 7 de julio, ante el fuerte olor que despedía el cadáver, decidió llamar a la policía, aunque ocultando en principio que era el autor del crimen, lo que confesó ese mismo día. ACUERDO

El acusado ha indemnizado con algo más de 79.000 euros a los padres de la víctima, y con 178.600 euros a su hijo. Ahora, acepta además una condena de seis años de cárcel por un delito de homicidio con las atenuantes de confesión y reparación del daño.

Con ello, se evita la repetición del juicio, en el que el fiscal pensaba pedir 16 años de prisión por delito de asesinato, y la acusación particular iba a reclamar 20 años de prisión.

El acuerdo ha sido suscrito por fiscalía y defensa, mientras que la acusación particular, ejercida por los padres de la víctima, ha presentado su renuncia. La Sección Primera de la Audiencia Provincial deberá dictar ahora la sentencia conforme a los términos del acuerdo.