La vicepresidenta primera y consejera de Medio Ambiente, María Jesús Ruiz, y el director general de la Asociación para el Reciclaje de Lámparas (Ambilamp), Juan Carlos Enrique, han presentado hoy en Valladolid la campaña de extensión de la red de recogida de bombillas de bajo consumo y fluorescentes, que prevé contar con más de 1.300 contenedores en Castilla y León antes de que finalice el 2010.

Según han informado fuentes de la Consejería en un comunicado recogido por Europa Press, el objetivo de la iniciativa es animar a todos los usuarios a la eliminación responsable de este tipo de residuo.

Entre enero y agosto de 2010, se han recogido en Castilla y León 59 toneladas de este tipo de residuo, lo que supone un incremento del 20% respecto a las cifras registradas durante el mismo periodo del ejercicio anterior. La Comunidad cuenta actualmente con 169 puntos de recogida y la red de recogida potencial en la Comunidad supera los 1.300 puntos: 704 en áreas metropolitanas y 624 en 227 localidades del ámbito rural.

Con el lema 'Reciclar luz es reciclar vida' se persigue el doble objetivo de animar a todos los usuarios a una eliminación responsable de los fluorescentes y las bombillas de bajo consumo, a la vez que se facilita dicha tarea, dado que se dispondrá de un contenedor, próximo a los domicilios.

Los ciudadanos pueden localizar su punto de recogida más cercano a través del localizador que se puede consultar en la página www.ambilamp.com. y que utiliza la tecnología Google Maps.

Los puntos seleccionados han sido ferreterías y tiendas de iluminación, siguiendo un esquema similar al que está implantado con los medicamentos, donde las farmacias se han convertido en el eje de la recogida de envases y residuos de medicamentos. Durante el presente ejercicio, Ambilamp ampliará la red de recogida en el conjunto del país con el objetivo de contar con más de 7.000 nuevos puntos, que se sumarán a los 10.000 existentes.

El contenedor bicaja

Para esta red de recogida Ambilamp ha diseñado un nuevo contenedor que se adapta tanto a las características de los establecimientos donde se va a ubicar como a las especificaciones de los residuos que alberga: el contenedor bicaja.

Se trata de un contenedor con dos depósitos claramente diferenciados por colores, unos para los fluorescentes y otro para las bombillas de bajo consumo. El espacio destinado a las bombillas de bajo consumo lleva un dispositivo en la parte superior para que se depositen las lámparas de una en una, y un sistema de frenos en el interior para evitar la ruptura de las bombillas y su correcto almacenamiento. Por su parte, el espacio para los fluorescentes no lleva tapa, lo que permite recoger tubos de distinta longitud.

El contenedor cuenta con un diseño llamativo, fácilmente reconocible por los usuarios. La parte exterior del recipiente contiene información sobre reciclaje de lámparas de utilidad para los ciudadanos.

Las medidas se establecen en función del tipo de establecimiento donde se van a ubicar, que son generalmente pequeños comercios sin mucho espacio libre. Por ello, el contenedor es un recipiente compacto, de poco peso (capacidad máxima 15 kilogramos), manejable, fácil de montar y de desmontar y con un soporte que evita que las cajas toquen directamente el suelo.

Una vez que se ha efectuado la recogida de residuos, éstos son trasladados a cuatro plantas de reciclaje ubicadas en Bilbao, Barcelona, Sevilla y Madrid. Allí se separan sus cuatro fracciones recuperables —vidrio, metal, plástico y mercurio— para destinarlas a usos como envases no alimentarios, en el caso del vidrio; el plástico para las múltiples aplicaciones de cualquier otro plástico reciclado, el metal se recicla en la industria siderúrgica y el mercurio se usa como elemento en los procesos de hidrólisis de las plantas desalinizadoras de agua.