La alfombra roja del teatro Kodak de Hollywood es la mayor pasarela del mundo. Lo demuestra cada año, también ayer, la presencia de todo el firmamento de Hollywood, porque quien no se pasea por allí, no es nadie. Así que engalanados, sobre todo ellas, por los mejores modistos, allí estaban todos.

Algunas,exageradas, con joyas desmesuradas, como la propia Beyoncé, que amenizó la gala, y todas, balanceándose sobre altísimos tacones imposibles, para no perder pie y que el tropiezo no causara un mal mayor, a la vista de los grandes escotes, por delante y por detrás, que llevaban en sus vestidos superajustados.

Caso de Melanie Griffith, que iba con bastón y que ya no está para competir en espalda con las más jóvenes.

Ellos, en su línea más seria y oscura, aunque hubo ejemplos que no defraudaron como Johnny Depp, con un atuendo estilo años veinte y zapatos a dos colores.

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