"Enhorabuena por haber convertido Espadilla en un pueblo encantador. Con cariño para todos sus habitantes, Francisco Camps”. Con estas palabras el President de la Generalitat ha dejado el testigo de su paso por Espadilla, el segundo municipio más pequeño de la Comunidad Valenciana, donde ha recorrido junto a sus poco más de 60 habitantes las actuaciones que el Consell ha realizado en esta población.

Tras más de una década sin recibir ninguna visita institucional al más alto nivel autonómico, hoy nadie ha querido perder la oportunidad de estrechar la mano del President de la Generalitat. Pero de entre todos los vecinos que lo han acompañado, Vicenta, la más longeva del lugar con sus 93 años, ha sido quien más ha disfrutado de esta visita y, del brazo de Camps, le ha enseñado las singularidades del municipio que la vio nacer.

Y sin embargo, en Espadilla no se ha hecho nada nuevo. Por expresa voluntad de su alcalde la totalidad de las inversiones han sido destinadas a la rehabilitación de edificios ya existentes. Dos casas rurales reconvertidas en hoteles, un local socio-cultural, un jardín botánico, la casa de la Juventud o una sala para exposiciones son sólo algunos ejemplos de los edificios restaurados por la Generalitat en los últimos años.

De esta forma Espadilla sigue conservando la esencia de un pueblo rico en tradiciones en el que, cuentan, un día Jaume I se detuvo para admirar su belleza. Allí “se le rompió la espada y le dieron una espadilla pequeña”,  ha narrado Camps, y fruto de aquella anécdota la población pasó a denominarse Espadilla.

Por último, Camps no ha querido dejar pasar la oportunidad de degustar los productos de la tierra, entre los que han destacado los embutidos, los quesos y el vino.