Donat Mbuyi: "Sere actor para siempre"

  • Huyó del Congo, su país natal, para solicitar asilo político.
  • Casi por casualidad, trabaja en España desde hace 4 años.
  • Ahora participa en 'El proyecto Youkali' en Madrid.
El actor congoleño Donat Mbuyi.
El actor congoleño Donat Mbuyi.
JORGE PARÍS
El actor congoleño Donat Mbuyi.

Tiene tantos nombres que nunca los ha contado. Los heredó de su padre, y todos poseen algún significado: El primero de los gemelos, El que no teme a nada, El que caminó sobre la cabeza de la serpiente... En el reparto de El proyecto Youkali figura con los dos primeros, Donat Mbuyi.

Nació en el Congo. Es actor "desde siempre y para siempre", y profesional desde 1994. Entre las razones por las que trabaja en el espectáculo de Miguel del Arco, que se representa hasta el domingo en las Naves del Español de Madrid, hay una maleta.

La forma de salir

El 30 de junio de 2005, Donat participó en una marcha pacífica contra el Gobierno de Joseph Kabila, que no había cumplido su promesa de convocar elecciones. Fue encarcelado. Seis meses después, su condición de conocido actor de teatro sirvió para que un militar lo ayudara a escapar.

Luego, gracias a un cura de la Iglesia católica, se trasladó a Sudáfrica, donde pasó dos meses sin apenas salir de una casa. El 27 de febrero de 2006, finalmente, se subió a un avión. Llevaba pasaporte falso -"era la única forma de poder salir"- y tenía Londres como destino.

Él nunca llegó a la capital del Reino Unido -la Policía lo sorprendió con la documentación falsa durante una escala del vuelo en Madrid-, pero sí su maleta. Por eso Donat se desplazaba a diario a Barajas para intentar recuperarla. Como entonces no hablaba español, buscaba gente que entendiera francés. Así, en el autobús del aeropuerto conoció un día a Geles Rodríguez, una mujer que se interesó por su historia.

"El negro vale"

"La primera vez que hice algo aquí en España", recuerda Mbuyi, "fue el rey negro, Baltasar. Sin maquillaje", bromea. Pero la primera oportunidad profesional le llegaría gracias a Geles, que le presentó a su amigo el dramaturgo y director Luis García Ferreras.

Durante más de dos años, y antes de rodar con él el documental Donat busca un escenario, trabajó a sus órdenes en la obra El asesino eventual. Un compañero del montaje fue quien lo puso en contacto con Miguel del Arco. "Trabajamos un día", relata Donat, siempre con una sonrisa, "y dijo: 'Sí, el negro vale'".

Tiene claro en qué condición regresaría al Congo, en democracia: "Allí está el dictador. Creo que si vuelvo, para 'demostrar' a la gente que en su país hay democracia, no me pasará nada. Pero lo pasaré mal por no poder expresarme. Y yo no soy de los que llevan la lengua en su bolsillo, no me callo ni debajo del agua".

Por eso, aunque nunca se le ha concedido el asilo político -sí la residencia- y aunque en Kinshasa dejó junto a sus padres a una hija de diez años a la que le encantaría traer a España, se muestra agradecido: "Mejor que estar en mi país... Allí se me va la vida. Si me quitan el derecho a hacer teatro, me muero".

Por eso y porque entre el rey Baltasar y El proyecto Youkali han quedado, también, trabajos en cine -la segunda parte de Mortadelo y Filemón y La daga de Rasputín- y muchos anuncios, aunque él recuerda sobre todo uno en el que coincidió con Zinedine Zidane. "Y todo eso por una maleta perdida. A veces hay que perder para encontrar más".

"Aquí estoy, me tenéis"

El proyecto Youkali, que busca concienciar sobre el problema de los que solicitan asilo en España, se estrenó el pasado 22 de junio, Día Mundial del Refugiado. Donat lo ve como una forma de "llevar más lejos la voz de los sin voz".

"Muchos siguen pensando que venimos para quitar trabajo a algunos españoles o para robar. Si salimos de nuestros países es por pura obligación», dice. Además, considera que ha supuesto "un paso muy grande" en su vida artística. "Ojalá sigamos. Diré, 'aquí estoy, me tenéis'".

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