Entró en vigor en junio, el Parlamento la aprobó el viernes y sus efectos se notarán a largo plazo, pero los dos primeros meses tras la reforma laboral han acentuado la temporalidad en el mercado laboral de Catalunya. Todavía más.

Entre julio y agosto se firmaron 390.527 contratos, de los cuales 33.850 fueron indefinidos (el 8,7%), y el resto, más del 91%, temporales. Un año antes, y por las mismas fechas, la proporción era del 10,4% y en 2008, del 13,3%.

Otro dato demuestra cómo las cosas están igual ahora que antes (o peor): durante los dos últimos meses se han formalizado 28.688 contratos más que el año pasado (+8%), pero los fijos son 3.811 menos (-10%), según datos del Servicio Público de Empleo Estatal. Los expertos consultados por 20 minutos sostienen que habrá que esperar para ver los resultados de los cambios, pero todos desconfían de que se note alguna mejora.

Para el profesor de Economía de la Pompeu Fabra (UPF) Sergi Jiménez-Martín, "dos meses son poca cosa" y detrás de los datos "podría haber otras causas". Con todo, la reforma "no elimina incertidumbres", de manera que seguirá "la alta rotación".

"La reforma incide más en los despidos que en crear trabajo, que es el gran problema", afirma el profesor de la Universitat Oberta (UOC) Joan Torrent, que en los malos datos una falta de competitividad de empresas y trabajadores en Catalunya, además de la crisis del modelo de crecimiento.

"Estas cifras demuestran que los insuficientes nuevos puestos de trabajo son temporales", sostiene la responsable de Mercado Laboral de CCOO, Romina Garcia. El sindicato augura que la reforma hará más precario el mercado laboral y no atajará el paro.