Aunque algunos vecinos aseguraron que el hedor a gas no era nuevo, fue sobre las 5.15 h cuando los Bomberos recibieron los primeros avisos, localizando la fuga en el número 68 del passatge Sant Lluís. Según algunos testigos, los operarios de Gas Natural manipulaban las canalizaciones cuando se produjo la deflagración que acabó con la vida de un trabajador, de 28 años, e hirió a un bombero y a otro operario del gas.
Los efectivos lograron rescatar a los heridos. La más grave, una mujer, Pilar, vecina del entresuelo, y su marido. Una de sus hijas gemelas, de 26 años, falleció enterrada entre los cascotes. Inicialmente se desalojaron a 150 vecinos de 21 viviendas adyacentes.
Las primeras hipótesis, según Interior, apuntan a un escape de agua que provocó una cavidad en el subsuelo en la que se fue acumulando el gas. Los vecinos apuntaron a las obras de la L9, extremo negado por las autoridades, y se quejaron de que no les hubieran desalojado antes de la explosión.
El Departament d’Indústria ha abierto una investigación y Treball analiza la muerte del operario del gas.
¿Cómo vivió el barrio el accidente en plena madrugada?
Testigos en primera línea: el pánico se apoderó del vecindario tras el siniestro
Antonio Cano. Quiosquero calle Mozart.
«Fue como un trueno». Antonio es jubilado, pero cada día ayuda a su esposa a recoger los diarios en el quiosco que regentan. «En cuanto oímos la explosión subimos al ático». Desde allí pudieron observar la columna de humo en el bloque vecino: «Pensamos en un atentado».
Montse Prieto. Vecina calle Wagner.
«Se podía haber evitado». Su marido, a las 5.15 horas, ya encontró la zona acordonada. «Ayer ya olía a gas», detalla, pero los bomberos no desalojaron a nadie. Al contrario, «a los que nos asomábamos nos decían que nos metiéramos dentro de casa y cerráramos las ventanas».
Mª Teresa Núñez. Vecina calle Mozart.
«Cogí a mi hija y la escritura del piso». Cuando sonó la explosión «el techo se cayó encima», su reacción fue «coger a mi hija, envolverla en una manta, buscar la escritura del piso y salir a la calle en pijama». La calle era un caos: «Todo el mundo corría sin saber a donde».
Mª Dolores Redondo. Vecina calle Wagner.
«Explotó mientras manipulaban un conducto». Los vecinos dieron aviso sobre el intenso olor a gas. «Los operarios abrieron la acera por dos puntos y nada», afirma. Cuando lo hicieron en la parte trasera, en la calle Wagner, se oyó el «horrible estallido».
José Antonio Blanco. Vecino Rambla Fondo.
«Todos pensábamos en un atentado en la L-9». La proximidad de las obras de la Línea 9 del Metro ha traído a la memoria «el drama del barrio del Carmel». El estado en el que han quedado los edificios recuerdan «una tragedia que podía haber sido peor, por la hora».
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