El primer partido de la oposición en la Asamblea de Ceuta, la Unión Demócrata Ceutí (UDCE), acusa al presidente de la ciudad, Juan Vivas (PP), de "fomentar la división" en la comunidad islámica local por "jugar a la ubicuidad" y al mismo tiempo "inhibirse de uno de los temas que más divide y enfrenta a este colectivo", el del rezo comunitario que pone fin al mes sagrado de Ramadán, para el que este año vuelve a haber dos convocatorias simultáneas, la de la federación de entidades islámicas mayoritaria (la Ucidce) y la de un grupo de comunidades que dicen querer mantener la tradición musulmana local, vinculada al rito malekí y a los dictados del Ministerio de Asuntos Religiosos de Marruecos.

A través de una nota de prensa, UDCE ha lamentado que con su "afán por estar en todos los lados y con todos" el presidente Vivas "no hace más que acrecentar las diferencias en el colectivo musumán" y cargó contra el "desinterés" del líder del Ejecutivo autonómico por resolver esas disputas más allá de "aprovecharse de una festividad tan importante como el Ramadán para engrosar su album gráfico de cara a las próximas elecciones autonómicas".

Como ha sucedido desde 2008, cuando en Ceuta se celebró por primera vez la Musal-la (el rezo colectivo al aire libre que sólo se organiza para finalizar el mes sagrado de ayuno musulmán de Ramadán y con motivo de la Pascua) este año vuelve a haber dos convocatorias para celebrarlo el próximo viernes o sábado, en función de cómo termine el ciclo lunar por el que se rigen los musulmanes.

Una está impulsada por la Unión de Comunidades Islámicas de Ceuta (Ucidce), que agrupa a más del 90 por ciento de las comunidades musulmanas locales y que preside Laarbi Maateis. Su rezo volverá a tener lugar en una explanada de propiedad militar que el Gobierno local suele engalanar con banderas españolas y donde los dos últimos años se han reunido unas 2.000 personas.

La otra se convoca en un solar anexo a la principal mezquita de la ciudad, la de Sidi Embarek, por un grupo de menos de una decena de asociaciones que dice querer mantener la tradición islámica local ligada a Marruecos y que recela de la Ucidce por ser su líder del movimiento tabligh.

El Ministerio de Asuntos Religiosos ha venido dificultando desde 2008 que los imames que de él dependen, la práctica totalidad de los que ejercer como tales en Ceuta, oficien el rezo de la UCIDCE y llamando al cierre de las mezquitas para promocionar la asistencia a la Musal-la alternativa, que a pesar de todo nunca ha reunido a más de 200 personas.