Acompañada por su novio Colate, ex de Eugenia Martínez de Irujo, Paulina Rubio declaró el pasado lunes ante el juez para testificar sobre las circunstancias relacionadas con el concierto suyo que tenía que haberse celebrado el 10 de diciembre del 2004 en Veracruz, cancelado un día antes.
Tubos de Acero de México, S.A. (TAMSA), era la firma contratista. La citada compañía se querelló contra Isaac Mirabet Esparza y Josefina Romero Porras, organizadores del concierto, y los representantes de la cantante, Susana Cásares y Juan Alfredo Escalante, según informa el Miami Herald.
La empresa pagó la friolera de 2,8 millones de pesos, 270.000 dólares por el concierto. La cantante aseguró ante el juez Paulina que no recibió el dinero:
"El que nada debe nada teme", fueron sus palabras, "Estamos tranquilos, demostrando las verdades y los hechos" manifestó.
El abogado de los organizadores, Hugo Santillán Montoya contradijo la versión de Paulina sobre los hechos: "Nosotros cumplimos con lo pactado, quienes fallaron son Paulina Rubio, Susana Cásares o Juan Alfredo Escalante, pero eso ya lo determinará el juez".
Paulina ya tiene en su historial profesional varios antecedentes de demandas por incumplimiento de contrato.
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