Álex de la Iglesia finaliza el montaje de 'Balada triste de trompeta'

  • El realizador, en una carrera contra el reloj, ha pasado gran parte del verano en vela para llegar a tiempo a la cita italiana
  • Ha explicado en su blog, todos los entresijos de los últimos meses, en los que casi no ha dormido
Álex de la Iglesia, en una imagen de archivo.
Álex de la Iglesia, en una imagen de archivo.
EFE
Álex de la Iglesia, en una imagen de archivo.

Los grandes festivales de cine son el mejor escaparate posible para los grandes estrenos de la temporada. Directores y, sobre todo, productores, lo saben, y aprovechan cualquier oportunidad para intentar colar sus últimos trabajos en el certamen más cercano, o en el de mayor prestigio.

Cannes ya sabe lo que es tener a Wong Kar Wai trabajando con su montador en pleno festival para acabar a tiempo 2046 y presentarla ante la audiencia más exigente del mundo. Y muchos son los cineastas que apuran hasta el final los plazos para llevar a tiempo su obra, aunque más tarde tengan que hacer algún ligero retoque, como le pasó a Tarantino con sus bastardos hace más de un año.

Esta vez el cineasta que más canutas las está pasando para llegar a tiempo a la premiere de Venecia no es, ni más ni menos, que nuestro representante: Álex de la Iglesia. El realizador, al que se le espera este martes en el Lido, llegará con el alivio de haber acabado su trabajo con el tiempo justo, este jueves por la noche informaba en su blog que por fin había finalizado el montaje de Balada triste de trompeta.

La salvajada, por ponerle algún calificativo, comenzó en enero de este año, con el rodaje de la cinta que se extendió hasta finales de marzo. Y como bien cuenta el propio de la Iglesia en el blog que ha montado para contar los tejemanejes de su nueva cinta, todo se comenzó a complicar tras el festival de Cannes.

¿El motivo? Un tráiler bien acogido y unos productores ávidos de dar un golpe de efecto. Y en ese momento llegó el caos: querían que la cinta estuviera terminada a tiempo para llegar a la Mostra, con tan solo tres meses más de trabajo por delante y gran parte del proceso de montaje y posproducción pendiente. Una locura.

Durmiendo en el suelo

A partir de aquí, por las peripecias que el director narra en su blog se podría rodar una película aparte. Director y montador, juntos, en una carrera contra el reloj y contra el sueño. Lo narra de la Iglesia con sus propias palabras: "Alejandro [el montador] ya no es persona, es un guiñapo. Está durmiendo en el sofá. Yo he tenido la suerte de que me tocase el suelo, porque, como vísteis en el post anterior, ayer le tocó a él.

Sí, es absurdo. Podríamos traer una cama, una de esas hinchables, la Restform de los anuncios, o irnos a casa, sin más. Pero es que la idea es no dormir, la idea es trabajar, y lo de dormir siempre resulta casual".

Pero al final, como en las buenas historias, todo se ha arreglado a última hora. Hasta el deseo de de la Iglesia de que "en Venecia programen la cinta de las últimas". Mañana lunes, a última hora, es el primer pase para la prensa. El martes, el estreno oficial, con las entrevistas y demás parafernalia.

Y una vez acabada Venecia, aún queda la parte más engorrosa: la promoción. Decenas de entrevistas en las que a de la Iglesia le va a tocar responder, con matices, a las mismas preguntas una y otra vez. Qué más da. Una vez que ha llegado a Venecia la promoción es el siguiente paso natural. Y hasta podrá dormir en su cama, y no en el suelo mientras su montador pone a punto el último plano de la jornada.

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