Accesorios y lencería estudiados hasta el último detalle, maquillaje, luz para destacar el mejor ángulo, todo en un clima de absoluto erotismo y, en primer plano, una mujer común ajena al mundo del espectáculo, que se transforma en una "playmate".

Se trata de una moda que "se extiende en todo Brasil", comentó la fotógrafa y directora Suely Matias, que acaba de abrir la primera agencia de servicios fotográficos sensuales para mujeres en Brasilia, bautizada con el nombre 'Desabie'.

El sueño de ser una "playmate" es posible a través de un paquete que incluye cinco horas de flashes, maquillaje, bebidas alcohólicas que ayudan a relajar y el resultado final: una verdadera revista en la que se ven como modelos.

Las clientas pueden escoger el escenario, aunque la mayoría opta por ambientes más íntimos, como habitaciones de moteles o sus propias casas, que ofrecen más privacidad. Matias comentó casos como el de una chica que para participar en un concurso televisivo escogió un estadio de fútbol para sus fotos, u otra de 18 años que hizo la sesión fotográfica sobre una mesa de billar, durante el evento en que fue inaugurada la agencia.

Flavia Rorato, otra de las fotógrafas de la agencia, comentó que las clientas al principio son tímidas y están nerviosas, pero al final se relajan y "se quitan todo", aunque luego "no eligen fotos desnudas" para la revista final. "La clientela es variada", explicó Matias. Puede ir desde una estudiante de 18 años hasta un ama de casa de 66.

Los maridos que reciben la revista como regalo se declaran "realmente sorprendidos" porque descubren a "una nueva mujer" y a veces, explican las fotógrafas, vuelven a la agencia para "posar junto a su esposa".

"Nude", una agencia de Sao Paulo dirigida por Darcy Toledo y Jane Walter, dicen tener unas veinte clientas al mes en Sao Paulo y además viajan por los diferentes estados de Brasil para atender a otras, en medio de una demanda creciente. "Durante la sesión la mayor dificultad no es que se quiten la ropa", sino la falta de experiencia para posar delante de una cámara.

El servicio es personalizado y la discreción es el alma del negocio, por lo que las agencias tienen un sistema de contraseñas para enviar por correo electrónico unas 200 fotos a las clientas, a fin de que elijan sólo las 30 que irán a las páginas de la revista personalizada.