El alcalde de Mérida, Ángel Calle, ha anunciado que la empresa Extremeña de Grasas ya ha recibido la Autorización Ambiental Integrada, por parte de la Consejería de Industria, Energía y Medio Ambiente de la Junta de Extremadura, para ubicar su nueva fábrica a seis kilómetros de la ciudad en dirección Sevilla, "fuera de los vientos dominantes".

Calle ha concretado que la empresa ha comprado el terreno, tiene pagado el proyecto y que "sólo falta" que empiecen la construcción, algo que "no podían hacer hasta que tuviera esta autorización".

El alcalde ha calificado la noticia de "magnífica" porque, ha dicho, "supone que por fin se han desbloqueado en principio todos los obstáculos administrativos que existían para que se pueda trasladar la vieja fábrica de grasas a un nuevo emplazamiento".

La nueva fábrica "va a privar de los malos olores" a los vecinos de la ciudad, "va a permitir mantener los más de 20 puestos de trabajo" que hay en la factoría, "muchos de ellos con más de 20 años de antigüedad", y permitirá a la empresa continúe realizando la fundición de despojos animales que se producen tras su sacrificio, así como de aquello que no se aprovecha para consumo humano.

Calle ha manifestado que no sabe qué harán los propietarios con la vieja fábrica, pero que "tendrán que ajustarse" al Plan General de Ordenación Urbana y a los usos que permite.

El primer edil emeritense realizó estas declaraciones, a preguntas de los periodistas, durante la firma de un convenio con Red Eléctrica.