Castilla y León suma 20.638 hectáreas destinadas al cultivo de patata, lo que supone el 25 por ciento de las cerca de 80.000 que tienen el mismo uso en el conjunto del país.

Un porcentaje que se apoya principalmente en las provincias de Salamanca y Valladolid, con unas 5.000 hectáreas cada una de ellas dedicadas a este producto.

De ahí la importancia para la región de que se mantengan los precios y no se den precios por debajo de la "normalidad" en un año en el que la producción está siendo baja debido a la imposibilidad de sembrar pronto en primavera por las intensas lluvias de finales de 2009 y comienzos del presente año.

Así lo destacó hoy en Salamanca el presidente de Asaja de Castilla y León, Donaciano Dujo, quien estuvo presente en la reunión sectorial de patata del sindicato agrario en compañía del representante de Asaja a nivel nacional de la sectorial de hortalizas, subgrupo de las patatas, Juan Company, y el presidente provincial de la agrupación, Vicente de la Peña.

Donaciano Dujo explicó que debido a la menor cifra de patatas respecto a otros años el precio tendría que ser "alto" y que de este modo comenzó vendiéndose en el sur de España, pero que ha ido cayendo con el paso del tiempo debido a que los intermediarios "están aprovechándose de una posición de dominio".

Para evitar esta tendencia insistió en que se "escalone el arranque" y que no se trate de vender todo de manera inicial. Con este fin, apuntó que sería conveniente el apoyo de la Junta para invertir en infraestructuras de almacenamiento.

De esta forma, los agricultores podrían también mantener en el mercado patatas durante más meses y hacer innecesaria la importación de los cultivos franceses. "Se puede conseguir un sector con futuro, estratégico", apuntó.

En este encuentro, Juan Company argumentó que los profesionales tienen que apostar por "cambios" en la producción de este producto y "girar" hacia agricultoras "más profesionales".

"Tenemos que producir aquello que el consumidor demanda, la agricultura es un negocio", aseveró. Además, incidió en los cambios que ha producido la crisis en los hábitos de compra de los ciudadanos.

La falta de liquidez, indicó, ha supuesto que los precios estén "más ajustados" y que se haya reducido la venta de marcas de calidad. "El consumidor consume productos menos caros" y los productos marcados por la calidad "han bajado el volumen de ventas", añadió.