Nueva obra con Fiorella Faltoyano, y van tres.

Tenemos un secreto, entre nosotras no existen los celos profesionales.

¿Se han inscrito ustedes ya como pareja de hecho?

En el caso de La calumnia, dado el argumento, deberíamos hacerlo.

¿La denuncia de La calumnia podría ir hoy dirigida hacia algunos programas de televisión?

En este país, el derecho al honor esta muy desprotegido, y ya se sabe que la calumnia siempre tiene muchos más historiadores que la verdad.

¿Se ha sentido alguna vez víctima de una calumnia?

Calumnias, no. A veces, alguna falsedad por falta de información. En los medios aún se distingue a un profesional que es popular gracias a su trabajo de uno de esos personajes famosos que no han hecho nada, salvo explotar su vida privada.

Cualquiera de los temas que toca la obra está de rabiosísima actualidad.

Sin duda: el terrible daño que puede hacer una mentira, la doble moral, la homosexualidad, el acoso de unos niños a otros, la autocensura de sentimientos que no acaban de aceptarse socialmente, el temor a la diferencia...

Todo el mundo se queja de que en cine y teatro no hay buenos personajes femeninos.

Fue una de las razones que me llevaron hace ya 13 años a montar mi productora, Nueva Comedia. La mayoría de los papeles de mujer no tienen entidad propia, sino que se mueven en función de los masculinos: son la mujer de, la hija de, la hermana de...

En televisión ha sido una mala, malísima, ¿han llegado a insultarla por la calle?

Todavía me siguen regalando puros porque hay gente que sigue creyendo que me encantan, debido al personaje que interpreté en Hermanos de leche, ¡y de eso hace ya diez años!