El padre de la joven madrileña atropellada en Paseo Colón ve "injustas" las penas de delitos de seguridad vial

El padre de la joven madrileña Patricia Alfaro, una de las dos personas fallecidas como consecuencia del doble atropello mortal registrado en la madrugada del pasado día 4 de abril en el Paseo Colón de Sevilla, y a causa del cual también perdió la vida la sevillana Almudena González, considera que las penas recogidas en el Código Penal para los delitos de seguridad vial son "injustas", "demasiado blandas" y "realmente no condenan los delitos de acuerdo a la magnitud de éstos".
Patricia Alfaro, una de las jóvenes atropelladas en el Paseo Colón el pasado 4 d
Patricia Alfaro, una de las jóvenes atropelladas en el Paseo Colón el pasado 4 d
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Patricia Alfaro, una de las jóvenes atropelladas en el Paseo Colón el pasado 4 d

El padre de la joven madrileña Patricia Alfaro, una de las dos personas fallecidas como consecuencia del doble atropello mortal registrado en la madrugada del pasado día 4 de abril en el Paseo Colón de Sevilla, y a causa del cual también perdió la vida la sevillana Almudena González, considera que las penas recogidas en el Código Penal para los delitos de seguridad vial son "injustas", "demasiado blandas" y "realmente no condenan los delitos de acuerdo a la magnitud de éstos".

En un comunicado remitido a Europa Press, José Alfaro, que considera necesario opinar "como padre y una vez transcurrido un tiempo", para que no se considere que denuncia "en caliente", afirmó que si "siempre" había tenido la sospecha de que "el Código Penal no recoge suficientemente en derecho la gravedad de los atropellos cuando hay víctimas", ahora asegura comprender "la frustración y el dolor" de las familias de otras víctimas anteriores a su hija en sucesos parecidos.

A su juicio, los políticos "han parido un Código Penal insuficiente", a pesar de "haber tenido en sus manos la posibilidad de determinar unas penas más reales y duras que las actuales" para los delitos de seguridad vial, algo que, según él, "han hecho mal y a medias" en la última reforma de dicho código.

Igualmente, el padre de Patricia Alfaro criticó la actuación de los jueces en estos casos, al considerar que parten de la base de que "el supuesto homicida debe ser beneficiado y debe tener atenuantes", ya que, de lo contrario, "puede convertirse en irrecuperable", lo que le lleva a cuestionarse cuáles son los "beneficios" de la víctima y a sentenciar que el verdadero problema que se encierra detrás de esta situación "es un problema de seguridad del pueblo, de dignidad humana, es un problema de Justicia".

"víctimas de primera y de segunda"

Concretamente, José Alfaro quiso distinguir entre "muertes de primera o segunda", formando parte del primer grupo "las víctimas de terrorismo y las menores de edad", cuyos responsables "pueden cumplir la condena íntegra", mientras que las víctimas "de atropello bestial de un loco, carente de todo principio y de cualquier escala de valores", serían "víctimas de segunda".

Justificó esta distinción afirmando que los presuntos autores de delitos relacionados con la seguridad vial "sólo" podrían pasar en la cárcel seis de los diez o doce años a los que podrían ser condenados, "porque al llegar a este cumplimiento de condena, pasas al tercer grado penitenciario, por buena persona".

De esta forma, al presunto culpable del doble atropello mortal del Paseo Colón, que "sólo habría cometido una imprudencia a ojos de los intérpretes de la Justicia", cada una de las dos víctimas "le saldría a tres años de cárcel", lo que le lleva a criticar que ése sea "el valor de la vida de una joven".

Asimismo, añadió que "si no tenemos suficiente con el beneficio del tercer grado, quizás un juez de vigilancia aplique un descuento de hasta tres meses menos de cárcel por cada año de cumplimiento de la condena", lo que conllevaría que un preso que estuviera seis años en prisión podría acumular un periodo de 18 meses "en libertad condicional".

Por todo ello, el padre de la joven Patricia Alfaro, que tenía 26 años cuando falleció, calificó de "tomadura de pelo" e "injusticia" estas posibles reducciones de pena, abogando en ese caso, "para que no nos engañen", por condenar directamente al imputado a seis años de cárcel, y no a diez o doce.

Ante esta situación, José Alfaro concluyó afirmando que "lo único que puedo hacer será seguir llorando por su hija como ha hecho hasta ahora", descartando que, por los motivos expuestos, "pueda creer en la Justicia".

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