'Calígula' pone en pie a más de 2.000 personas en su estreno en el Teatro Romano de Mérida

La obra 'Calígula' de Albert Camus, que se representa por sexta vez en la historia del Festival de Mérida, reunió anoche en su estreno en el Teatro Romano a más de 2.000 espectadores, que aplaudieron durante unos cinco minutos en pie el vibrante y eléctrico montaje de la compañía L'Om Imprebís, dirigido por el valenciano Santiago Sánchez.
Escena de 'Calígula'
Escena de 'Calígula'
CEFERINO LÓPEZ
Escena de 'Calígula'

La obra 'Calígula' de Albert Camus, que se representa por sexta vez en la historia del Festival de Mérida, reunió anoche en su estreno en el Teatro Romano a más de 2.000 espectadores, que aplaudieron durante unos cinco minutos en pie el vibrante y eléctrico montaje de la compañía L'Om Imprebís, dirigido por el valenciano Santiago Sánchez.

El emperador romano Cayo César 'Calígula', interpretado por el actor Sandro Cordero, plantea, según el director de la obra, la dureza de convertirse en adulto, el desafío de los conceptos divinos, las consecuencias de un poder ejercido contra los hombres y la existencia o no del amor, así como el resultado de una sociedad movida "sólo por intereses económicos".

En definitiva, explica Santiago Sánchez, el texto trata "la eterna dialéctica entre libertad y justicia", con una puesta en escena que mantuvo en vilo y arrancó las sonrisas y los aplausos del público, tanto al final de ambas partes de la obra, como cada vez que la compañía interpretaba con percusión y un violonchelo la que fue la banda sonora del montaje.

El director valenciano aseguró, en la rueda de prensa posterior al estreno en Mérida, después de un año de gira por España, que había vivido la noche "con mucha emoción" y "mágia" por cómo se había seguido, que es a lo que a su juicio "debe aspirar siempre el teatro, un intercambio de energías y emociones entre artistas y público", dijo.

Para Santiago Sánchez, el escenario emeritense hace "más potente y grande" dicho intercambio, y "abre una posibilidad" por la amplitud del espacio, que "multiplica la energía de los actores", ya que, "lo que mata al teatro es la excesiva proximidad", explicó.

Calígula quería la luna

Al comienzo de la obra, los focos perfilan las siluetas de los actores en hilera tras el decorado que se erige como espacio principal de la trama, e interpretan con percusión, en riguroso directo, una sintonía que pone ya de manifiesto la tensión y que se acentúa al terminar la música con una escena muda en la que Calígula huye desesperado por la muerte de su amante y hermana Drusilla.

En mitad de la búsqueda del César, se escucha la primera línea del texto "¿Todavía nada?". Los miembros del gobierno buscan al joven y visceral Calígula, mientras comienzan a plantearse como sustitutos y posibles futuros emperadores.

A su vuelta, Calígula expresa que sólo quería una cosa, la Luna, y habla con Helicón, el único que dará la vida por él, sobre el conocimiento que les falta a los hombres, que "mueren y no son felices".

Desde ese momento, se sucederá toda una trama de conspiración contra el César por parte de los que le rodean, amigos pero súbditos, mientras el protagonista les sorprende con sus acciones según va intuyendo lo que pasa a su alrededor, de manera que los convoca, por ejemplo, a un concurso de poemas y a una danza que él mismo protagoniza.

El director de la obra, Santiago Sánchez, a preguntas de los periodistas sobre esta fusión de disciplinas artísticas, señalaba que "hace dos mil años ni se planteaba, era natural", porque "el teatro desde siempre mezcló la música y la danza".

Los actores

El actor protagonista, Sandro Cordero, quien calificó de "muy emocionante" su primera actuación en Mérida, confesó haber tardado "un rato" en pasárselo bien "quizá por la responsabilidad", pero que en la segunda parte se relajó y disfrutó "muchísimo".

Sandro Cordero manifestó que Calígula "es un personaje tan grande que pretender abarcarlo el primer día es un suicidio", por lo que dice haberlo hecho "tranquilamente", ya que dispuso de más de cuatro meses de trabajo, y lleva ya un año con él en los escenarios españoles.

El actor, quien se queda con la escena final por ser en la que "mejor" se lo pasa, explicó que tiene un "termómetro muy importante" en su sudor para evaluar su actuación.

Por su parte, la actriz Garbiñe Insausti, quien da vida a Cesonia, amante de Calígula, calificó su primera interpretación en el Teatro Romano como "una gozada" y "un regalo", y añadió que "es uno de los lugares más mágicos y más hermosos donde un actor puede actuar en su vida".

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