En 2003, la entrada reducida (día del espectador, Carnet Jove…) costaba 3,71 euros de media, mientras que ahora alcanza los 4,43 euros. Algo menor ha sido la subida del tique un día laborable (de 4,86 a 5,40) y los festivos y vísperas (de 5,44 a 5,80).

Pasar la tarde del domingo en el cine supone para un matrimonio con dos hijos un desembolso que puede alcanzar los 25 euros.

Además, en función del cine elegido, se alcanzan diferencias de hasta el 20%. Las entradas más caras un día laborable se encuentran en los cines Lys (paseo de Ruzafa, 3) y en los ABC Park (Roger de Lauria, 21), con 6 y 5,80 euros, respectivamente; mientras que en Espai Campanar (avenida Tirso de Molina, 16) no superan los 4,80 euros. Los festivos, el precio se dispara hasta los 6,20 euros en los ABC Park y los 6,60 del centro Bonaire (en Aldaia). Lo más barato para ir al cine un festivo: El Osito (L’Eliana), a 5,50 euros.

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El último cine de reestreno

Mención aparte merece el último cine de reestreno que queda en Valencia, el Cinestudio d’Or (en Almirante Cadarso, 31), en el que se pueden visionar dos películas seguidas por 3 euros los días laborables, 4 los festivos y 2,5  los martes, día del espectador. Sin embargo, según afirman fuentes de la sala, «aquí no viene la chavalería porque no proyectamos grandes producciones americanas, sino cine más de autor, de países europeos. Nuestro público es como si fuese una familia».

Mamen. Tiene 25 años y es vecina de Orriols. «A mí me da un poco igual que suban el precio de las entradas porque el cine me gusta mucho y no me importa gastarme el dinero para ver una buena película».

Nuria. Vive en Ruzafa y tiene 26 años. «El precio de las entradas debería sufrir subidas similares al del resto de productos. Además, por un paquete de palomitas y unos refrescos te cobran diez euros, eso sí que me parece abusivo».

Cristina. Tiene 25 años y vive junto al Mercado Central. «Me parece indignante que te cobren seis euros o más por ver una película y que las compañías que las producen amasen grandes beneficios por ello, pero hay que aguantarse».