Tal y como ocurrió hace dos años con las fotografías del cineasta ruso Andrei Tarkovsky, la Fundación Luis Seone de A Coruña nos invita a descubrir una vez más una de las facetas más desconocidas de otro grande del cine del siglo XX: Michelangelo Antonioni. La muestra Las Montañas Encantadas (Le Montagne Incantate) reúne una serie de obras pictóricas y ampliaciones fotográficas que el director italiano realizó a finales de los años 70. Del conjunto original de 160 piezas puede verse en la Fundación una selección de 52 obras inéditas hasta ahora en España.

La afición de Antonioni por la pintura se remonta a su infancia aunque no retomaría los pinceles de una forma seria y estable hasta 1964, con motivo de la preparación de su primera película en color, El desierto rojo. De hecho, es imposible concebir la obra cinematográfica de Antonioni sin relacionarla de una manera directa con la pintura. Si por algo se caracterizan sus películas –desde las rodadas en blanco y negro como La aventura o La noche hasta filmes en color como Blow Up o El reportero- es por hablar siempre del desarraigo del individuo con su entorno y las dificultades del hombre para relacionarse, y también, por la obsesión del realizador por la estética, la fuerza poética de las imágenes, el encuadre y la fotografía casi pictórica.

El proceso de creación de estas obras es muy curioso. Primero, Antonioni pintaba pequeños cuadros abstractos llenos de color, luego fotografiaba un original u originales unidos en un collage y, por último, ampliaba la imagen. Antonioni solo detenía la ampliación una vez que las formas pintabas dejaban de ser reconocibles y se convertían en formas abstractas que evocaban la forma de una montaña.

Las Montañas Encantadas (Le Montagne Incantate) / Michelangelo Antonioni / Fundación Luis Seoane (A Coruña) / Hasta el 10 de octubre / www.luisseoanefund.org