"Este reto es el sueño de mi vida desde pequeño. No va a ser fácil, vamos a sufrir mucho pero si se consigue va a ser más bonito incluso de lo que había soñado desde pequeño", ha declarado hoy a Efe el nadador.

Meca cree que lo más duro de toda la travesía será el trayecto nocturno y añadió: "la iluminación que llevemos va a atraer a los peces y esto me da miedo".

Durante la travesía el nadador se nutrirá únicamente de bebidas isotónicas, de la que se espera que consuma un total de 30 litros.

El gorro de neopreno del traje con el que va a realizar la travesía le produjo ayer una herida en el cuello durante el entrenamiento que podría convertirse en una llaga si no se toman las medidas adecuadas. Del gorro es seguro que no podrá prescindir. La hipotermia podría causarle daños en el cerebro.

Son más de cien kilómetros de dura travesía, y el nadador no quiere escollos ante el reto que le espera. Hoy ha preferido descansar.

El catalán, que iniciará este trayecto en las playas de Jávea mañana a las 9 de la mañana, espera llegar a Ibiza en menos de 30 horas, aunque afirma: "será difícil por el tiempo que hace, ya que se espera mucho viento; aún así lo único importante es llegar".

También se muestra preocupado por unos guantes de los cuales no se fía mucho. Si el agua se filtra pueden pesar demasiado y convertirse en una durísima carga para el nadador. Y si nada sin ellos  los dedos se le agarrotarían con el frío. Aún no ha tomado una decisión al respecto.

La decisión de realizar la travesía en invierno y no en verano ha sorprendido a los aficionados, el padre y entrenador de David ha explicado así la decisión de su hijo: "Esta gente como mi hijo  hace las cosas cuando más se sufre, si lo hiciera en verano parece que sería menor, son retos que se marcan y no quieren facilidades, todo lo complican al máximo”