Experta apunta al mercado del carbono como opción para financiar proyectos de cooperación

La coordinadora del Proyecto CeroCO2 y responsable de Cambio Climático de la Fundación Ecología y Desarrollo, Cecilia Foronda, ha defendido la necesidad de emplear las emisiones de carbono como "una opción de financiación" para iniciativas de cooperación y energéticas, de electrificación rural, calor en zonas rurales, etcétera.
Cecilia Foronda
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Cecilia Foronda

La coordinadora del Proyecto CeroCO2 y responsable de Cambio Climático de la Fundación Ecología y Desarrollo, Cecilia Foronda, ha defendido la necesidad de emplear las emisiones de carbono como "una opción de financiación" para iniciativas de cooperación y energéticas, de electrificación rural, calor en zonas rurales, etcétera.

Foronda se ha pronunciado así en la ponencia 'Oportunidades de la sostenibilidad de proyectos en los mercados del carbono', en el marco de los Cursos de Verano de la Universidad de Cantabria (UC), en la que ha señalado, según ha informado la UC, que otra de las grandes cuestiones a abordar es si realmente los mercados voluntarios de carbono pueden luchar contra la pobreza a través de iniciativas como CeroCO2, que conjugan las reducciones de emisiones de gases en el hemisferio sur y su venta a empresas españolas para que puedan compensar los gases que no han podido evitar, minimizando así el efecto invernadero.

En el marco del Protocolo de Kyoto, cada sector empresarial obligado a acogerse a él tiene concedidos unos niveles determinados de emisión, pero si supera la cuota puede comprar los derechos a otras entidades mientras si se queda por debajo los puede vender, lo que se conoce como el mercado del carbono.

Además, ha precisado la ponente, "existen mecanismos de flexibilidad que permiten a los países en vías de desarrollo reducir su impacto ecológico para vender sus derechos, para conseguir reducirla que es lo importante, da igual el lugar".

El mercado de carbono se caracteriza por ser muy innovador, ya que no está regulado por organismos internacionales, sino por ONGs y otros estamentos similares. Esto lo hace "más ágil y flexible, permitiendo que se puedan incorporar más proyectos y nuevas iniciativas", ha apuntado Foronda, para quien todo ello hace de este mercado "un banco de pruebas para testar modos de actuar de los mecanismos de desarrollo limpio destinados al mercado del carbono".

Actualmente, los mercados obligatorios de carbono sólo tienen en cuenta las emisiones de unos sectores muy específicos, que representan un 40 por ciento. Y con iniciativas como las que se prueban en el mercado voluntario se permite que otras empresas o particulares puedan reducir las emisiones de CO2 que generan.

Sin embargo, "aún hay mucho por construir en el mercado del carbono", ha indicado Foronda en referencia al futuro de este sector, en el que, ha dicho, son necesarios "algunos cambios y mejoras" que pasan por "incluir más sectores emisores de CO2, y, sobre todo, por atender más al desarrollo sostenible". Hasta el momento lo que primaba era la reducción de emisión de gases de efecto invernadero, "pero no se sabía a qué precio, no se tenía en cuenta la sostenibilidad y esa ha sido la gran crítica al mercado del carbono".

Por su parte, los mercados voluntarios están intentando contribuir al desarrollo sostenible y a la lucha contra la pobreza con la finalidad de que el eje no sea sólo la lucha contra el cambio climático, sino la mejora de las condiciones de vida de la población más desfavorecida. "Pero es ahí donde hay que incidir todavía más", ha apuntado.

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