'La Iliada' se estrena en el Teatro Romano de Mérida con una búsqueda inconclusa de respuestas a la guerra

Las cinco actrices de la compañía catalana Q-Ars bastaron anoche para abarrotar la escena del Teatro Romano de Mérida con la larga lista de personajes que abarca 'La Iliada' de Homero, que en esta original adaptación sin dioses, del italiano Alesandro Baricco, propone excavar la tierra yerma resultante de la guerra en busca de respuestas.
Momento de 'La Iliada'
Momento de 'La Iliada'
FESTIVAL DE MÉRIDA
Momento de 'La Iliada'

Las cinco actrices de la compañía catalana Q-Ars bastaron anoche para abarrotar la escena del Teatro Romano de Mérida con la larga lista de personajes que abarca 'La Iliada' de Homero, que en esta original adaptación sin dioses, del italiano Alesandro Baricco, propone excavar la tierra yerma resultante de la guerra en busca de respuestas.

En su primera interpretación en el Festival de Mérida, este texto, considerado como el poema escrito más antiguo de la literatura occidental, se ha presentado con una apuesta atrevida y original en la que las voces femeninas narran la historia de la primera guerra e interpretan a sus personajes.

Lejos de las sobrecargadas escenografías de otras representaciones grecolatinas, 'La Iliada' de Q-Ars, dirigida por el canadiense Tom Bentley-Fisher, se desarrolla íntegramente sobre la simple tierra yerma que resulta de la guerra y que la actriz Anna Güell escarba con dos cucharas en esa búsqueda arqueológica que ha equiparado con las excavaciones del Teatro Romano.

Junto a la dureza, el dolor, la desesperación, el amor, la venganza y la vergüenza de los protagonistas en el texto, tuvo cabida, además, la música, en la hora y media que dura el montaje.

En dos puntos de la función, las actrices se arrancan a cantar para pedir a Héctor que no luche contra los aqueos, en la voz de su mujer, Andrómaca, y para solicitar a Aquiles, en nombre de Agamenón, que retome las armas para vencer a los troyanos, momento que parece más propio de un musical de Broadway que de un montaje clásico.

La obra ha congregado en su estreno a casi un millar de personas, dato sobre el que el director del certamen, Francisco Suárez, se ha mostrado satisfecho de la acogida, teniendo en cuenta que se trataba de "la noche de un martes".

Sin embargo, algunos espectadores pudieron perderse entre la abundancia de personajes condensados en las cinco únicas actrices, pero los conocedores del texto salieron sorprendidos y complacidos con la versión, de la que destacaron sobre todo la soberbia interpretación de las actrices.

Guerra por helena

La representación dio comienzo antes incluso de la hora fijada, las 23,00 horas. Con la apertura de puertas para que el público ocupe sus asientos, se inicia por megafonía una enumeración de nombres griegos a un ritmo pausado y regular. Son algunos de los caídos en el combate entre aqueos y troyanos por Helena.

Bajo las luces de los focos, una playa de sal blanca, símbolo del desierto, acoge a las cinco conductoras de la trama: Mercè Anglès, Mercè Arànega, Muguet Franc, Anna Güell y Àngels Sánchez, que asumen la fiereza de los guerreros y la debilidad de las mujeres desde la primera frase "todo empezó un día de violencia".

El ritmo, marcado por las batallas y roto en diversos momentos por el llanto de un bebé, lo definen el cambio de tonalidad de las luces, la cadencia de la narración de las actrices y la voz en off que suena por megafonía con su frenética enumeración de muertos, ora aqueos, ora troyanos, no hay diferencias.

No hay nada gratuito

El director de la obra, Tom Bentley-Fisher, se mostró, al término de la representación en rueda de prensa, "orgulloso" de sus actrices y de la labor del festival, que es la "envidia de cualquier teatro norteamericano", ha apuntado.

Preguntado por los asistentes sobre una posible excesiva gratuidad de movimientos, ha dicho que la idea era "crear una energía física bajo las palabras" y que el teatro norteamericano es de movimientos "más calmados", mientras que el europeo es "más pasional".

Por su parte, la actriz Mercè Anglès declaró haberse sentido "cerca del público" y que el de Mérida "es un teatro inmenso, pero que te coge".

En referencia a un traje que, al final de la obra, une a los cinco personajes femeninos, la intérprete de Helena y Agamenón, Mercè Arànega, ha señalado que son "cinco mujeres a las que no se les permite ver", que han tenido que "buscar a través de la oscuridad", y ha añadido que ninguna cosa "es gratuita y sólo estética".

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