El ex presidente del Gobierno de España, Felipe González, ha afirmado este viernes que en la sentencia del Tribunal Constitucional sobre el Estatuto de Cataluña "no hay excesos" y es "más política que jurídica".

Así, señaló que la parte de la sentencia que tiene eficacia jurídica tiene "un mínimo impacto" desde el punto de vista estatutario, pero la que no tiene eficacia jurídica "se la podían haber ahorrado", no ya la "cita bíblica", sino las "afirmaciones políticas ofensivas para sensibilidades diferentes".

Para González, el problema territorial "no es una cuestión histórica irresuelta". Por ello, dijo a los "amigos catalanistas de todo el orden de matices" que "no puede ser verdad que lo crean" de esta forma, ya que, aunque fueran "dientes de sierra", el "problema del autogobierno y la descentralización no ha hecho más que crecer cuantitativa y cualitativamente".

El ex presidente también mostró su preocupación porque la "tensión PSC-PSOE" suponga una "regresión" respecto a la "capacidad integradora" de estas formaciones dentro de la "pluralidad democrática que integra diversidad de sentimientos de pertenencia". "Lo más preocupante de la derecha es que es excluyente de la diversidad", añadió.

Sobre las críticas a la Transición, González señaló que se trata de un "regeneracionismo descontextualizado", ya que "ni hay la distancia suficiente en términos de Historia para analizarla en su contexto, ni es posible que se estudie con parámetros de hoy". No obstante, opinó que deberíamos evitar exaltar la transición como una obra fantásticamente definida.

González concluyó que decir que los mercados o Europa "nos imponen" es "una catetada", ya que, para él, "hace un rato que somos Europa". El Consejo Europeo tomó una decisión "para todo el mundo" y algunos, incluso, se la impusieron innecesariamente como, por ejemplo, Alemania, que "ha hecho una política de recorte de gasto que no necesita y que va a perjudicar al conjunto de Europa".