El consejero de Medio Ambiente, Francisco Martín, acompañado del alcalde de Ruesga, Jesús Ramón Ochoa y de la directora general de Obras Hidráulicas y Ciclo Integral, Ana Isabel Ramos, ha inaugurado este viernes la red general de saneamiento de Mentera- Barruelo (Ruesga), que incluye la construcción de una EDAR (Estación Depuradora de Aguas Residuales) en Mentera, localidad donde se ha celebrado el acto con la presencia del presidente de la Junta Vecinal de Mentera, Bernabé Sainz Trueba y varios vecinos.

Las obras, que ha ejecutado la Dirección General de Obras Hidráulicas de la Consejería de Medio Ambiente, han supuesto una inversión de 240.000 euros e incluyen un colector general y tres ramales que recogerán las aguas de todas las viviendas del núcleo, evitando que se viertan sucias al arroyo de la Fuente de Mentera, afluente del Asón, gracias al tratamiento de la EDAR.

Martín ha resaltado la importancia de estas obras que afectan a pequeños núcleos de población, "ya que eso significa que estamos llegando a toda Cantabria". En este sentido ha precisado que el 90 por ciento de la población cántabra dispone de saneamiento de acuerdo a la Directiva Marco del Agua, "y faltan precisamente los lugares más dispersos y menos poblados donde ahora se concentran este tipo de actuaciones".

El consejero ha informado que próximamente se adjudicarán las obras de saneamiento en Barruelo con un presupuesto de 180.000 euros, y que este mismo año se acometerán las obras de abastecimiento de la Fuente las Varas.

Las actuaciones de Medio Ambiente en la red general de saneamiento de Mentera-Barruelo se han realizado en dos ámbitos. Por un lado, se ha construido un colector general con una longitud de 501 metros, una tubería de 315 milímetros de diámetro y 226 metros en ramales del mismo diámetro. Además, se han llevado a cabo los colectores y arquetas para que se conecten todas las viviendas a la red sin necesidad de invadir parcelas colindantes.

Por otra parte, la EDAR, con unas dimensiones de 9,50 metros de largo, 6,20 metros de ancho y una profundidad de 4,30 metros, ha obligado a efectuar una excavación superior a 400 metros cúbicos, por lo que los muros de la instalación se elevan un metro por encima del terreno.

Las aguas residuales conducidas hasta la EDAR se someten a un pretratamiento que elimina los sólidos y las partículas más gruesas. Posteriormente, el caudal que se ha depurado se introduce en el tratamiento primario, constituido por un depósito provisto de la aireación, conectado con otro más pequeño, que da lugar al tratamiento secundario.

Aquí se produce una mayor decantación, que genera en su fondo un volumen de fangos, los cuales son bombeados de nuevo al tratamiento primario para facilitar la depuración. El efluente resultante del decantador secundario se recoge mediante canaletas hasta una arqueta de análisis y, finalmente, a través de un emisario se vierte el agua depurada al arroyo.