Con pan y vino...

Cuento tradicional alemán
¿Eres buen cocinero? Seguro que en estos días de celebraciones te gusta lucirte con suculentos platos ante tus invitados.

En un pueblecito de Alemania vivía un soltero con su cocinera. El día de Nochebuena el señor le dijo a ésta que asase dos pollos porque vendría un invitado. La cocinera, tan buena en los fogones como empinando el codo, metió las aves en el horno y se bebió una botella de vino. Se quedó durmiendo la mona, pero pronto el olor del asado despertó su apetito. Animada por el vino, se comió un ala pensando que no se notaría. Pero más tarde no resistió la tentación, y en un abrir y cerrar de ojos las dos presas estaban en su barriga.

Llegó el señor y se fue a afilar las tijeras de trinchar. Llamaron a la puerta y la cocinera salió a recibir al invitado y le dijo: «Mi señor es un ogro que se está preparando para cortarle las orejas». El invitado, al oír el ruido de afilar las tijeras, pensó que era verdad y salió como alma que lleva el diablo.

Entonces la astuta cocinera le dijo a su señor: «Su invitado es un caradura. Ha entrado en la cocina y ha salido corriendo con las aves asadas». El señor salió tras él con las tijeras en la mano y gritando: «Una sola, por favor, una sola…». El invitado, pensando en las orejas, apretó la marcha más todavía.

El ser astuto puede tener muchas ventajas, pero también inconvenientes si no somos tan ocurrentes como esta cocinera.

¡Feliz Navidad y bon apetit!

Próxima entrega: 4/El largo invierno

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