Lancelot es un macho y tiene unos tres años. Es un galgo, «una raza cariñosa» que puede llegar a ser «uno más de la familia», según Nacho Paunero, presidente de El Refugio, una asociación que lucha contra el abandono de los animales.

Como a tantos otros, a Lancelot sus dueños lo abandonaron. «Es el sino de los galgos; se utilizan hasta que ya no son necesarios y después los abandonan, ahorcan o maltratan», afirma Paunero.

Al menos a Lancelot no lo ahorcaron. Lo condenaron a vagar sin rumbo y así, poco a poco, se convirtió en parte del paisaje de la Casa de Campo. Tanto, que  a muchos paseantes no les resultaba ajena su presencia. Pero era inútil acercase demasiado.  Tan sólo un voluntario de la asociación, que cada día y durante ocho meses  paseaba con sus perros por el parque logró ganarse su confianza. Únicamente así pudieron capturarlo, a pesar de la resistencia que ofreció el animal. Tras el análisis veterinatio Lancelot permanece en la sede de El Refugio, a la espera de que alguien lo adopte. Alguien, eso sí, que no lo  abandone.

Un mal regalo de navidad

Unas 37.000 mascotas, según calcula la asociación El Refugio, se regalarán durante las navidades este año en Madrid.  Los animales, lejos de lo que pudiera pensarse, no siempre son un buen regalo para estas fechas, pues requieren de una atención y unos cuidados que muchos de sus nuevos propietarios serán incapaces de proporcionarles. Al final,  muchos de esos animales, la mayoría de los cuales son perros, serán abandonados a lo largo del próximo año. Sólo algunos tendrán suerte, como ‘Lancelot’, y que quizás encuentre una nueva familia.