La banda madrileña Obus reina en el Derrame Rock

La mítica banda madrileña Obus encandiló ayer al público del Derrame Rock con un directo en el que demostraron que los cientos de años que suman sus componentes no hacen mella en su forma de tocar y de cantar.

La mítica banda madrileña Obus encandiló ayer al público del Derrame Rock con un directo en el que demostraron que los cientos de años que suman sus componentes no hacen mella en su forma de tocar y de cantar.

En el punto álgido de la noche, los guitarrazos de 'Dinero', 'Me domina la autopista' y 'Sólo lo hago en mi moto' levantaron los puños del público para no bajarlos hasta el final de la actuación. Fortu, el vocalista, encandiló aún más a la audiencia, saliendo del escenario y siendo conducido a hombros hasta la torre de sonido, a la que subió para arengar a las masas, micrófono inalámbrico en mano.

No fue la única exhibición de los clásicos. Justo después, Barón Rojo, un grupo treintañero de miembros sesenteros, hizo lo propio, plantándose ante el público a la voz del 'Mítico Barón'. 'Inspector' y 'Los rockeros van al infierno' fueron otros de sus viejos temas que sonaron en el escenario praviano.

Ambos grupos dejaron claro que el rock clásico sigue marcando la diferencia. La limpieza y claridad del sonido, los espectaculares punteos y las voces bien entrenadas pese a los más de 30 años de gritos sobre sus gargantas, dejan satisfecho a cualquier derramero, sea o no amante del rock de los 80.

Y es que la de ayer fue una noche para las viejas glorias. Tras Barón Rojo, otros veteranos saltaron a la escena. Los asturianos Ilegales, inmersos en su última gira, ofrecieron también recital para la vieja escuela. Fue un poco más acelerado de lo habitual, pues como explicó el vocalista, Jorge, no suelen tocar menos de dos horas y media frente a la hora y cuarto del festival, pero el sonido de 'Odio los pasodobles', 'Destruye' y 'Tiempos nuevos' compensó las prisas.

Otros que están de última gira son Siniestro Total, que sucedieron a Ilegales y que también se dedicaron a tirar de fonoteca propia, especialmente con las canciones del 'Ante todo mucha calma', pero desde luego sin hacer saltar a la audiencia como sí lo habían hecho sus viejos colegas asturianos.

El evento lo cerró The Bon Scott Band, una imitación barcelonesa de ACDC que, con permiso de los acólitos de la banda australiana, clavan el sonido y la voz de aquella.

El desfile de clásicos terminó ahí. No obstante, antes tocaron los sevillanos Reicindentes, que tuvieron que tocar las canciones de memoria y sin escucharse, al apagar un fallo técnico el equipo de sonido del escenario. Los andaluces dieron toda una lección de maestría ante las inclemencias de la tecnología. Nadie se quejó, pero Fernando, el cantante, acabó prometiendo que volverían pronto a Asturias gratis, porque "os debemos una".

A horas más tempranas hubo tiempo para disfrutar de música menos legendaria. La gente vibró a eso de las cuatro de la tarde con el espectáculo de Motociclón, y un poco más tarde, los madrileños Envidia Kotxina, hicieron valer el auténtico sonido punk.

Representando la música y la 'llingua' asturiana estuvo Skama la Rede, que hizo saltar a ritmo de ska a buena parte del personal reunido en Pravia, pese a no conocer la mitad de las canciones, incluidas en el tercer disco recién editado. Las otras, las del segundo y el primero, las cantaban los nativos y los foráneos, que con banderas gallegas, cántabras y vascas recitaban de memoria los versos en asturiano como buenos 'falantes'. El Derrame Rock es la muestra más palpable de la fama que esta joven banda candasina arrastra ya dentro y fuera de Asturias.

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