Según informó el Instituto Armado en un comunicado de prensa, todo se inició cuando agentes del Destacamento de Tráfico de Sevilla se encontraban realizando un control preventivo de alcoholemia a la altura del kilómetro 536.700 de la A-4 (Madrid-Cádiz) y observaron la presencia de un vehículo procedente de la avenida Kansas City de Sevilla.
El vehículo en cuestión circulaba en dirección al control, que estaba debidamente señalizado y con restricción de velocidad. Los agentes comprobaron que el conductor reducía considerablemente la velocidad y efectuaba un giro, invadiendo la calzada de la SE-30, incorporación a la A-4, para incorporarse a una vía de servicio, todo ello "con la clara intención de evadir" el control de la Guardia Civil.
Al percatarse los agentes de las maniobras realizadas por este turismo, decidieron seguirlo en dos vehículos oficiales. Al verse alcanzado el conductor del turismo, detuvo el mismo en plena calzada, poniendo en "grave" riesgo a los vehículos que circulaban por la misma y que tuvieron que realizar maniobras para evitar el choque.
Los agentes, entonces, observaron que el conductor abandonaba su puesto de conducción e intentaba abrir la puerta trasera izquierda para introducirse en la parte posterior del turismo, "todo esto para hacerles creer que no es él quien conduce". La Guardia Civil procedió a identificar al conductor y a practicarle la prueba de alcoholemia, dando positiva, concretamente 0,65 miligramos de alcohol por litro de aire espirado.
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