'One hit wonders'  o cómo morir de éxito

  • Una sola canción les bastó para salir del anonimato y arrasar con todo.
  • Después desaparecieron o nunca volvieron a gozar de un éxito parecido.
  • Las Ketchup, Sabrina, MC Hammer, Chesney Hawkes...
MC Hammer, Los Del Río y Las Ketchup.
MC Hammer, Los Del Río y Las Ketchup.
MC Hammer, Los Del Río y Las Ketchup.

Fueron éxitos tan aclamados como efímeros, rostros venerados que pasaron al olvido, que ahora forman parte de un repertorio nostálgico. Son los One hit wonders (maravillas de un sólo éxito). Este término, muy extendido en la industria musical, hace referencia a un artista que logró alcanzar los top 1 mundiales y vender millones de copias gracias a un único sencillo, y sólo son recordados por la canción que les dio la fama.

Los años ochenta y noventa fueron prolíferos en One hit wonders. Hoy en día, convertidos en himnos generacionales, nadie ha olvidado los pegadizos estribillos: Video killed the radio star (The Buggles), I Promised Myself (Nick Kamen), Wonderful Life (Black) y muchos otros que son carne de recopilatorios y emisoras oldies.

Pero algunos de estos artistas, como Desireless (Voyage Voyage) y Jon Secada (Just Another Day) no han desaparecido del panorama musical y continúan su trabajo de una forma mucho más modesta. También es el caso de la americana Robin Beck, cuyo tema First Time ganó la fama en todo el mundo gracias a un enternecedor anuncio de Coca-Cola, siguió trabajando como compositora para otros cantantes como Bonnie Tyler, John Waite y Pat Benatar. Actualmente sigue en activo y está casada con el líder del grupo de rock House of Lords, James Christian.

El ídolo adolescente Chesney Hawkes alcanzó el Olimpo con sólo 19 años gracias a The One And Only (1991) y ha seguido su carrera como compositor. También ha trabajado en un musical y el año pasado participó en una edición de celebridades del Gran Hermano británico. También han sido 'repescados' en realities Belinda Carlisle (Heaven on Earth) y Haddaway (What is Love).

El hombre que consiguió que medio mundo aprendiera a bailar country, Billy Ray Cyrus (Achy Breaky Heart) ha preferido pasar el testigo mediático a su hija Miley. Por el contrario, Glenn Medeiros (Nothing's Gonna Change My Love for You), hoy casado y con dos hijos, trabaja como profesor de Historia en Hawái.

Otros han aprovechado la nostalgia ochentera para volver, como A-Ha (Take on me), Europe (The Final Countdown) y Sabrina. Con su sencillo Boys (Summertime Love), Sabrina logró vender 20 millones de copias en todo el mundo. Hoy posee junto a su marido, el productor Enrico Monti, una cadena de hoteles en Italia y un importante estudio de grabación. Estos días ha vuelto a ser noticia, pues ha grabado con su archienemiga de antaño, la británica Samantha Fox, el tema Call Me, de Blondie. "La única similitud entre Samantha y yo son los pechos, yo sí canto", llegó a decir la italiana en otros tiempos.

Otro campo fértil de One hit wonders es la discoteca: ¿Cómo olvidar a MC Hammer y su U Can't Touch This? ¿O Snap! (Culture of snap)?

Algunos One hit wonders fueron productos creados ex profeso que dieron con la clave del éxito, como las Spice Girls y su Wannabe (en 1996 fue número 1 en 31 países y vendió ocho millones de sencillos) o Las Ketchup y su Aserejé. Las hijas del guitarrista Juan Muñoz, el Tomate, vendieron 12 millones de copias y fueron número 1 en más de 25 países. Sin embargo, su desafortunada participación en Eurovisión con Blodymary (quedaron en el puesto 21) las apartó del éxito.

Quien no se resigna es Jordy, aquel niño que cantaba Dur, Dur d'être bébé (Duro, duro ser bebé). Cuando llegó a la mayoría de edad se vio en bancarrota por un desfalco de sus padres, a los que llevó a juicio. Ahora vive en Gran Bretaña y sigue cantando con una banda propia de rock: Jordy and the Dixies.

Como Jordy demostró, el idioma no es obstáculo para el éxito, y el exotismo ha jugado a favor de algunos títulos como la hindú Del Pita Del, de Orleya (nuevamente, formar parte de un anuncio de refresco resultó clave), la rumana Haiducii, de Dragostea Din Tei (14 semanas como número 1 en Alemania y otras 15 en Francia) o Tu cu mine, de Florin Salam.

Y es que en muchas ocasiones, el One hit wonder ya era un artista conocido en su país hasta que una canción lo catapultó al extranjero.

El mejor ejemplo tiene nombre español: Los Del Río. Si bien su Sevilla tiene un color especial, himno de la Expo de Sevilla, fue cantada por toda España en 1992, Macarena alcanzó cotas inimaginables en 1995 y 1996: 14 semanas en el número 1 en EE UU, 11 millones de copias vendidas el primer año, Bill Clinton la eligió para su campaña y fue sintonía en los Juegos Olímpicos de Atlanta, la final de la NBA y la Super Bowl, donde 50.000 personas la bailaron. No sin méritos fue elegida el número 1 de los 100 One hit wonders de todos los tiempos por el canal VH1. Y es que los de Dos Hermanas, que comenzaron a cantar a los 14 años, son el One hit wonder por excelencia.

Indispensables en chiringuitos

Playa y sol son ingredientes propicios para que el One hit wonder de turno arrase con la canción del verano. Marcaron época Lambada (Kaoma), Tractor Amarillo (Zapato Veloz), Yo quiero bailar (Sonia Y Selena), Bomba (King Africa), Mayonesa (Chocolate), Aquí no hay playa (The Refrescos), El tiburón (Proyecto Uno), El venao (Wilfrido Vargas), Opá (El Koala)... Este año, el Mundial hace del Waca-waca de Shakira y el Waving Flag de K'naan & David Bisbal firmes candidatos a canción del verano. También pujan  Lady Gaga y Beyoncé con Telephone y Enrique Iglesias con I Like it.

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