La Audiencia de Lleida condena a siete años a un hombre por intentar matar a su novia

La mujer pidió en el juicio besar a su agresor que se marchó de la sala sin mirarle

La Audiencia de Lleida ha condenado a siete años de cárcel por homicidio en grado de tentativa a un hombre que hirió en la cabeza con un martillo a su novia y le causó lesiones que según los forenses habrían podido ser mortales. Además, como medida cautelar, ha prohibido que el condenado, Marco A.C., de 29 años, se acerque a menos de 200 metros de la víctima durante ocho años.

En el juicio, que se celebró el 3 de junio, la mujer, al acabar su declaración, pidió poder besar a su agresor, con el que tiene dos hijos en Bolivia, el país de ambos. El tribunal no accedió a su petición y el agresor, al salir de la sala de vistas, pasó a su lado sin siquiera mirarle a los ojos.

"Quisiera pedir al abogado y a ustedes, rogarles, que cuando todo esto acabe me pueda despedir de mi pareja con un abrazo y un beso", dijo entonces la mujer.

Explicó que no podía creerse lo que ocurrió y contó que tuvo mucha presión de la abogada de oficio que la atendió para que denunciara al hombre, dos años mayor que ella. También ratificó su declaración en la que dijo que le perdonaba. "Lo único que quiero es que no esté donde está —en prisión preventiva—, quiero verlo, que esté a mi lado", afirmó.

Acusado y víctima, declararon en la vista que el día que ocurrieron los hechos, el 15 de marzo, un sábado, salieron a tomar cervezas a un bar boliviano para celebrar que habían ahorrado para comprarse una casa en su país dónde se iban a casar.

También coincidieron en decir que no recordaban cómo el hombre le pegó varias veces con el martillo a la mujer, que luego tiró por una ventana del patio de luces de la habitación en la que vivían de un piso compartido. Repitieron muchas veces que estaban borrachos.

El agresor dijo no recordar si se había producido una agresión, pero sí explicó que lo que recordaba es haber visto a su mujer tendida y con sangre, suponiendo que él había sido el autor de la agresión, que no sabía si había cogido un martillo, pero que imaginaba que la había golpeado con un vaso.

También declaró que después de ocurrir los hechos se encontró fuera de la casa llamando a emergencias desde su teléfono móvil, despertando después al lado del río Segre sin el teléfono, con jaqueca y un puntito de sangre. Contó luego volvió a casa y después fue a buscar a su jefe que le acompañó a la comisaría.

En la vista el abogado del agresor pidió dos años de cárcel y la Fiscalía mantuvo la solicitud de nueve años y 6 meses por un delito de tentativa de homicidio, ya que las heridas que recibió la mujer habrían sido mortales de no haber sido por la rápida intervención de los servicios médicos, a los que aviso el propio acusado.

"Utilizar como se utilizó en este caso un martillo con la punta de hierro, con dos picos de forma repetida en la cabeza entendemos que es una situación que viene a representar mucha brutalidad por parte del acusado", dijo la fiscal que apuntó una agresión sexual como posible origen de la agresión.

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