El director general de Pesca del Principado, Marcelino Menéndez, señaló hoy que las comunidades de Asturias, Galicia, Cantabria y País Vasco rechazan un reparto de lo que resta de cuota de merluza por artes, aunque aceptan límites semanales de pesca. También quieren participar en las reuniones sobre el reparto y creen "excesivo" limitar en dos días la pesca de volanta y palangre, al tiempo que piden al Ministerio que "pelee" con la UE para aumentar un 15 por ciento la cuota para 2011. Además, creen que hay aún margen para aumentar los cupos este año.

Así lo dijo en un descanso de la reunión sobre la pesquería del Cantábrico mantenida con sus homólogos de Galicia, Cantabria y País Vasco, Pablo Ramón Fernández Asensio, Fernando Torrontegui y Jokin Díaz, respectivamente, en la que hicieron un repaso a los problemas más acuciantes, como el de la merluza o el proyecto de Orden de Pesca. Asimismo, se hizo una valoración de la campaña de la anchoa, que acaba de terminar, y de la campaña de la caballa de 2011, para intentar que dure más días el año próximo.

En cuanto a los cupos de la merluza, apuntó que nadie está de acuerdo con los que están marcados. No obstante, coinciden en que se elimine este año el reparto por cuotas, ya que no tiene sentido quedando tan poco tiempo. Para 2011, en cambio apuestan porque sea consensuado con el sector y las autonomías, que piden participar en las reuniones.

Otro punto en común es que los cupos deberían aumentarse, ya que, pese a ser conscientes de que en abril se consumió el 80 por ciento de la merluza y a estas alturas se estará muy cerca del límite, todavía hay margen aunque sea pequeño.

Las cuatro comunidades también se mostraron de acuerdo en rechazar que se pida a la flota de volanta y palangre que dejen de pescar dos días a la semana, ya que lo tildan de "excesivo", dijo. En su lugar, sí estarían dispuestos, al igual que la flota, en que esa limitación se reduzca sólo a un día por semana, los viernes, y que compute como dentro de los días que el plan de recuperación les pide de descanso.

Apostó por criterios como el grado de dependencia que cada arte tiene respecto a la merluza. También aludió a que la merluza está por debajo de los límites de seguridad y que se esta en un plan de recuperación, por lo que además es importante fijar criterios en función del grado de descartes, es decir, la pesca que se tira de nuevo al mar para no consumir cupo al ser poco comercializable, que es diferente en cada arte.

Menéndez Cuervo reconoció que va a ser difícil llegar a un acuerdo por lo que hay que empezar a negociar cuanto antes y recordó que otros años las autonomías no estuvieron representadas en las reuniones entre el Ministerio y el sector, lo que tildó de "error".

Por otro lado, indicó que intentarán que para el año que viene vuelva a crecer un 15 por ciento el TAC (Total Admisible de Capturas), como en años anteriores, algo que deberá empezar a pelear el Ministerio ante la UE Actualmente, España cuenta con una cuota de 5.900 toneladas de merluza.

Ante la propuesta del Ministerio de distribuir lo que resta de cuota por artes, señaló que las cuatro comunidades están en contra, aunque no rechazan que se pongan límites semanales de pesca, a negociar. Estos se distribuirían de la siguiente forma, según el Gobierno: 150 kilos semanales para la volanta, 100 kilos para el palangre y los arrastreros y 50 para las artes menores.

Campaña de la anchoa

En cuanto a la campaña de la anchoa, se valoró la reapertura de la pesquería después de cinco años, así como el nivel de capturas, que estuvo dentro de lo esperado. Especialmente, las cuatro comunidades destacaron la intervención del sector en la gestión de la propia pesquería, que se auto-impulso cupos y tamaños de pesca para intentar que se alargara en el tiempo y fuera rentable.

Como dato negativo, aludió a los bajos precios porque las conserveras, que son las grandes consumidoras de anchoas, tuvieron que comprar productos de otros países y mares durante los cinco años de cierre de la pesquería, por lo que, ante la situación de incertidumbre sobre las capturas, también lo hicieron y no participaron en la compra tan activamente como lo hacían antes de la veda.

Menéndez Cuervo mostró su deseo de que la campaña de la anchoa se vaya normalizando y que las capturas vayan a más, de forma que las conserveras vuelvan a confiar en las pesquerías del Cantábrico. También apuntó que habrá un mayor control sobre la importación pesquera, con mayor vigilancia a requisitos sanitarios y medioambientales, a lo que se suma la bajada del euro respecto al dólar, que lo hace menos rentable.

Preocupación por el bonito

Respecto al bonito, indicó que aún es muy precipitado hablar de la campaña, ya que hace muy pocos días de la entrada de los primeros barcos. Sin embargo, indicó que al Principado le preocupa que no sea buena o que sea como la del año pasado, "bastante mala para los barcos pequeños y buena para los grandes". Pese a todo, apuntó que se lleva bastantes años sin llegar a agotar la cuota asignada de bonito y que el mayor miedo que existe es que la campaña sea mala.

En otro orden de asuntos, el director general de Pesca se mostró a favor de que se puedan aplicar cuotas individuales, las llamadas ITQ (Derechos Individuales de Pesca), pero rechazó que sean transferibles.

En este punto, el Principado defenderá que sea el Ministerio quien reasigne las cantidades no pescadas por cada barco. En su opinión, si se permitieran los traspasos de cuotas entre embarcaciones se pasaría de un derecho de explotación de un recurso público a uno de propiedad.

Menéndez Cuervo aludió también al nuevo reglamento de control, aprobado en 2009, que obliga a embarcaciones de más de 24 metros a llevar un diario electrónico a bordo para transmitir a las autoridades las capturas de cada día, en lugar del método en papel que se entregaba al llegar a puerto. A este respecto, explicó que se ha ido retrasando su puesta en vigor y es probable que su entrada en funcionamiento sufra una nueva demora.

Preguntado por la incidencia del cambio climático en la pesca, señaló, por ejemplo, que los biólogos han constatado la desaparició en Asturias de la laminaria, un tipo de alga.